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Reacción tardía

 

Con la militarización de las dunas de Baní el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales ha reaccionado de manera tardía sobre un atentado ecológico que se cometía a la vista de todos. El daño provocado por los desmontes y la construcción de parcelas ya está hecho. El ministro Ángel Estévez hubiera enviado un mensaje más contundente de ordenar la militarización desde el momento en que el obispo Víctor Masalles denunció el saqueo y depredación de las dunas.

De todas formas, de la manera en que se ha actuado para evitar que continúen los costosos daños ambientales, del mismo modo tienen que establecerse responsabilidades. La utilización de tractores y equipos pesados en los desmontes indica con toda claridad que los autores no son simples parceleros ni campesinos desesperados.

Se trata de gente con recursos, de quienes por demás se sospecha que tienen influencia en esferas de poder. No parece que nadie sin algún tipo de protección se arriesgaría en la violación a las leyes ambientales como ocurre en las dunas.

Del área de 15 kilómetros localizada entre Matanzas, Las Calderas y Salinas se extraía una arena fina y luego se aparcelaba el terreno. Las dunas fueron declaradas patrimonio nacional en 1996. Antes de la militarización Estévez había garantizado que sobre el atentado, conforme a los resultados de una investigación, se establecerían responsabilidades. Ahora es lo que se espera que haga y de esa manera despejar dudas.

Ante la magnitud de los daños y las denuncias de Masalles y otros sectores la impresión que se ha tenido es que Medio Ambiente se hacía de la vista gorda.

El Nacional

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