Opinión

Recuperar la confianza

Recuperar la confianza

Donde se pierde la confianza, se pierde todo. Es lo que ocurre en el país, con un extremo deterioro. La falta de credibilidad en el partido en el poder y sus dirigentes ya hace estragos en todos los estratos sociales y altera seriamente la tranquilidad y la estabilidad de la familia dominicana.

El mal ejemplo y las oscuras señales que envía un gobierno corrupto, pernicioso y acaparador de los poderes del Estado son factores determinantes del desorden y la violencia que hoy en día amenaza la estabilidad, la unidad y la paz social.

Malos ejemplos al canto. Excluir del expediente a los principales inculpados del caso Odebrecht envía un mensaje dañino que prioriza la impunidad e irrespeta las leyes y la justicia. Propiciar el fraude es otra de las formas degradantes. El ciudadano de a pie, que busca en sus dirigentes un modelo de conducta, asume en este contexto, el delito y el crimen como un proceder normal que, incluso, es compensatorio.

Y esa es la parte más peligrosa de la la falta de confianza reflejada en los gobiernos del PLD, entronizados en los últimos dos cuatrienios. Un Estado dirigido por auspiciadores de la corrupción y la impunidad pierde legitimidad y autoridad frente al crimen crimen organizado y al que se origina en la cotidianidad familiar y callejera.

La sola presencia de un mandatario que rescate la autoridad moral constituye una esperanza de cambio que va a reflejarse de inmediato e inequívocamente en una reducción notable de la violencia de género y las demás acciones perturbadoras del orden y la tranquilidad. Es la mejor forma de promover y rescatar la confianza e impulsar la producción.

La población tiene cifrada su fe y esperanza en los comicios de mayo para lograr el cambio que el país necesita, en todos los órdenes. No olvidemos que sin confianza no hay economía que prospere ni pueblo que pueda desarrollarse de manera sostenible.

El Nacional

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