Como cabía esperar la Asamblea Nacional aprobó en primera lectura y sin demora, aunque si con ligeras modificaciones, la reforma constitucional propuesta por el presidente Luis Abinader.
Si el Gobierno quiere proclamar una victoria puede hacerlo con la acogida de petrificar los procedimientos para establecer la reelección presidencial, el punto más polémico de la revisión de la Carta Magna.
Tras decidir la reducción de la matrícula de los diputados, no de 53 como había propuesto el Ejecutivo, sino de 20, la Asamblea acordó la unificación de las elecciones municipales, congresuales y presidenciales.
No se trata en realidad de ninguna sorpresa, pues estaba previsto que con la mayoría absoluta que tiene en ambas cámaras el oficialismo acogería la propuesta.
Además de variarla reducción del número de diputados, la Asamblea incorporó al presidente del Tribunal Constitucional al Consejo Nacional de la Magistratura y designó un procurador de la administración pública.
Desde un primer momento se preveía que la reforma constitucional no encontraría mayores obstáculos en ser sancionada por el control que tiene el PRM de la Asamblea Revisora.
Los legisladores del PRM aparcaron en un gran número sus reservas para respaldar las modificaciones, que políticamente también representan una victoria para el presidente Abinader.
Carente de fuerza la oposición no pudo evitar que la mayoría se impusiera y que haga lo mismo en la segunda lectura.