SANTO DOMINGO, Rep. Dominicana.- La ciudad de Santo Domingo crece de manera desordenada, con urbanizaciones de clase media y edificios suntuosos, con un drenaje pluvial obsoleto, diseñado para un pequeño conglomerado que habitaba la urbe hace varias décadas.
Muchas familias que vivían en el denominado Polígono Central de la ciudad capital vendieron sus casas a inversionistas, que construyeron grandes torres de apartamentos.
Sin embargo, la preocupación de muchos expertos es que algunas construcciones no cuentan con un estudio de suelo para determinar la condición del lugar donde se va a levantar un proyecto de esa naturaleza.
De acuerdo a la Ley, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones debe velar por el cumplimiento de las normas por parte de las compañías constructoras.
Según la arquitecta Esther Morillo, ex encargada del Departamento de Urbanismo del Ayuntamiento del Distrito Nacional, Obras Públicas cuenta con un equipo calificado, pero no puede cumplir con la labor de fiscalización, porque la dirección que tiene que hacerlo ni siquiera cuenta con vehículos para mover un inspector.
Afirmó que para que un inspector supervise una obra, hay que ir a buscarlo y volverlo a llevar.
El ´´Polígono Central´´, donde se encuentran las principales torres de la ciudad, cuenta con un terrero rocoso, por lo que puede soportar esas estructuras, pero el crecimiento urbano se expande hacia otros lugares, cuyo suelo no está en capacidad de resistir este tipo de edificaciones.
Otro problema que preocupa a los expertos es el drenaje sanitario, ya que los lugares donde se construyen grandes torres fueron diseñados para viviendas donde habitaban familias de tres y cinco miembros.
Hay quienes dicen que sí, que la zona del Polígono Central soporta la densidad que se está dando, pero yo pienso que eso es una bomba de tiempo, porque donde había una familia, hoy tu puedes tener 20, y, lógicamente, esa carga tiene que afectarle a la infraestructura existente, que fue diseñada y concebida para viviendas unifamiliares, alegó la arquitecta Morillo.
Este problema ha llamado la atención de expertos, ya que la mayoría de estas torres construyen su propio pozo para abastecerse de agua.
´´Se disponen las aguas negras de los inodoros a través de los pozos filtrantes, pero van al subsuelo y a dos metros tenemos otro pozo por el que estamos adquiriendo agua para nuestras necesidades, lo que quiere decir que terminamos cepillándonos con el mismo líquido que descargamos´´, dijo el geólogo Osiris De León.
Los sectores Bella Vista, Piantini, Ensanche Paraíso, Urbanización Fernández, Naco, Urbanización Real y La Julia son algunos de los lugares donde se ejecutan esas construcciones.
La explosión demográfica de la ciudad está exigiendo nuevos servicios. La ciudad se abastece de agua de los acueductos de Valdesia y Haina, y, lamentablemente, todos esos acueductos fueron diseñados para una determinada población, y ya ha pasado las expectativas, explicó el ingeniero Domingo Tavera Ulloa, presidente del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA).
Sin embargo, ni la Corporación de Acueductos y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) ni el Ayuntamiento del Distrito Nacional muestran disposición de renovar el sistema sanitario, según explican expertos.
´´Cada vez que se le dice a las autoridades que se necesita construir un alcantarillado sanitario, la respuesta es que cuesta mil 500 millones de dólares y que ese dinero no está disponible, pero hemos tenido cien mil millones de pesos para la construcción de un metro que no le resuelve el problema de transporte al pueblo´´, dijo Osiris De León.
Consideró que ese es un problema que debió haber sido resuelto hace muchos años, debido a la importancia que tiene para la salud de la población.

