Susi Pola
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La propuesta a la JCE del 5 de julio, como día para las elecciones presidenciales y congresuales, con los hombres votando por la mañana y las mujeres por la tarde, es otro de los disparates tradicionales de los políticos y partidos que viven en el pasado.
El asentamiento racional es la premisa de que “evitará la aglomeración de personas ante la situación del COVI-19 en el país”. Pero, como dicen un grupo de organizaciones de la sociedad civil, esta segregación del voto por sexo, es inconstitucional, entre otras cosas, porque limita la participación ciudadana y coarta el derecho al voto de las personas.
Sobre todo, afirmar que, la segregación de votantes por sexo, favorece la prevención del coronavirus, es absurdo como planteamiento. Las personas, hombres o mujeres, saben responder a las medidas que establezca la JCE, en cuanto a la separación debida para evitar el contagio, esa es la base racional correcta.
Además, las personas, sean hombres o mujeres, tienen todo el derecho de votar a la hora que quieran o les convenga. Esas medidas, tradicionales durante años, se fundamentan en el sexismo político, persistente, atrasado y autoritario, y el insistente deseo de volver al pasado, manteniendo las cosas como siempre fueron, es un vuelve y vuelve permanente.
Es preocupante, también, que se vulneren los derechos de la comunidad LGBTIQ en el país, la que ni siquiera ha sido motivo de reflexión en los partidos políticos, cuyo imaginario de sujeto electivo, sigue siendo hombre, en edad de producir.
Pero en el Padrón electoral, solo de mujeres votantes, son un 51.1%, y sería bueno contabilizar todas las demás posibilidades de género que votan en este país, de la misma manera que se trata de una ciudadanía trabajadora, productora de bienes y servicios y pagadora de impuestos.
En materia de derechos adquiridos por las mujeres, la diversidad y los grupos etarios, tanto los partidos políticos como la JCE, deberían estar al día para no retroceder frente a un conglomerado que es mayoritario, y como tal, se presenta en los actos ciudadanos.
Estamos dentro de una pandemia de larga proyección en la cuarentena, a pesar de que las autoridades se esfuercen por hablar de una situación de estabilidad, aún con casi 400 personas muertas, mientras personas expertas, creen que lo peor aún falta por venir. Y afirman, que solo la vacuna, un tratamiento identificado y la autoinmunidad que pueda dejar la enfermedad, que no se sabe aún, serán capaces de terminar con esta cuarentena.
Si hubiera elecciones el 5 de julio, que sean libres para todos y todas.
