Sin exagerar

República Dominicana solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI) acceso a un financiamiento rápido por 650 millones de dólares, que sería desembolsado este jueves, para ser redimido en un plazo de tres a cinco años y a una tasa de interés del 5%.
El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, ha dicho que esos fondos y otros que gestionan las autoridades monetarias permitirán disponer de recursos en dólares para hacer frente a la demanda de divisas y contribuir a la reactivación de la economía, lacerada por la propagación del coronavirus.
Conforme a lo señalado por Valdez Albizu, “por el buen manejo macroeconómico” el país ha podido hacer uso del cien por ciento de su cuota en el FMI, por lo que en menos de una semana esos recursos estarán disponibles para financiar al sector productivo nacional.
Aunque siempre huele mal todo lo referido a deuda externa, aun sea contratada a baja tasa de interés, es obvio que a partir del severo daño infligido por el coronavirus al aparato productivo nacional se requiere de recursos frescos para relanzar la economía y hacer frente a la demanda de divisas.
La ofensiva del Banco Central para captar recursos externos incluye una solicitud a la Reserva Federal de Estados Unidos de acceso a la facilidad habilitada por esa entidad a los bancos centrales, con lo que se podría obtener entre US$1,000 a US$3,000 millones.
El banco emisor dominicano explora otras vías de financiamiento que permitan mayor liquidez en dólares, como sería acceder al Banco Internacional de Pagos, en el que el país depositó cien millones de dólares, por lo que podría solicitar hasta US$300 millones.
A la economía dominicana no van a ingresar este año ni por asomo los más de 30 mil millones que se registraron en 2019, por lo que a partir de la catástrofe de la covid-19 se requiere acceder a fuentes alternas de financiamiento o línea de crédito concesionarios para poder relanzar las actividades productivas.
Se da por descontado que el Gobierno debe tener muy presente que el endeudamiento sobrepasa ya el 50% del Producto Interno Bruto (PIB), por lo que no debería exagerar al momento de contratar financiamiento, en el entendido de que la presente gestión tiene fecha de término este mismo año.