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El Club Mauricio Báez
El día 11 de septiembre de 1963 un grupo de jóvenes de la barriada capitalina Villa Juana fundaron en club deportivo y cultural Mauricio Báez.

Varios días de reuniones y conversatorios a todas horas tuvieron una conclusión brillante, la de poner en marcha esa entidad clubística con el objetivo de formar jóvenes en diferentes áreas, pero principalmente en el deporte, el arte la cultura y la educación.

Ese fue su norte el que creció y a los 56 años tienen una impresionante estructura, que no solo llama la atención sus edificaciones que engalanan a Villa Juana, sino el honor de haber sacado a flote a muchachos traviesos, a quienes convirtieron en grandes hombres del país.

Entre esos hombres que formaron el club Mauricio Báez, se cuentan el periodista Leo Corporán, quien ha sido su buque insignia, principal asesor y también creador de gigante Fundación Mauricio Báez.

Lo acompañaron hombres y mujeres como los fenecidos Nelly Manuel Doñé, la recordada doña Marianela -Nelly- Pozo y su hermano Julio (Yuyo).

No tengo espacio para reseñarlos todos, pero siéntanse presente en éste sincero comentario.

Cuando estas palabras estén circulando en éste importante rotativo, ya habría concluido hoy, una de las principales actividades festivas de los aniversarios del Mauricio Báez, su tradicional desayuno que se celebra en el tabloncillo de la cancha de baloncesto.

Allí se reúnen todos los años desde los principales dirigentes del deporte, hasta altos funcionarios de la Nación, civiles y militares, quienes con su presencia respaldan a una institución que tiene en su haber actualmente miles de niños recibiendo educación de calidad, sin costo alguno.

Sin quizás, es el Mauricio Báez, la única entidad social y deportiva que se embarca y desarrolla un programa de esa naturaleza, la que fortalece con la asistencia en salud, deporte y recursos humanos a sus vecinos y colindantes.

No hay palabras para expresar los grandes méritos de los ejecutivos, empleados y colaboradores del club Mauricio Báez, quienes trabajan a diario sin desmayar a favor del progreso y la vida sana de esa gran comarca capitaleña.

Un sencillo reconocimiento público a estos grandes hombres que siguen acompañando a Leo Corporán, quizás sea poco, pero el bajo nivel de criminalidad de Villa Juana, si es grande, como mucho más grande es esa brillante juventud que participa en todas las actividades deportivos, culturales
y del buen vivir, en la capital dominicana.

Esa juventud se ha expandido por tierras lejanas, llevándose esa cultura y sembrando esa semilla, que también produce muy buenos frutos en el exterior.

Honor a los hombres y mujeres del club Mauricio Báez, por su dedicación a orientar jóvenes.

El Nacional

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