Antony Blinken
Daría más carácter al despliegue de tropas internacionales en Haití si la integran, aunque no las dirijan, países como Estados Unidos.
Por más destrezas operativas que pudieran tener los militares kenianos y de las naciones del Caribe que formarían parte de la misión, no es lo mismo ni es igual si también la integran soldados estadounidenses.
Al decir que no descarta el envío de fuerzas a Haití como parte de la solución a la espiral de violencia en el vecino país, la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, comprende la gravedad de la crisis.
El jefe del Departamento de Estado, Antony Blinken, que tanto empeño ha mostrado en encontrar una salida a la crisis haitiana, debe ponderar la necesidad de que soldados estadounidenses acompañen a la misión internacional que está supuesta a respaldar al consejo presidencial que gobernará el país.
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Más con el poder alcanzado por las bien armadas pandillas, que hoy controlan la mayor parte del territorio. Mientras más militares de potencias como Estados Unidos integren la misión para entrenar a la Policía haitiana mayores son las posibilidades de una labor exitosa
