Opinión Articulistas

Trujillo y Haití

Trujillo y Haití

Elvis Valoy

Leí hace algún tiempo la mejor descripción del tiempo como categoría espacial y estacional con la que jamás me había topetado. En ese epígrafe se le definía como duende implacable de los seres humanos que coloca a cada quien en su justo lugar: a la princesa la pone en su trono; al payaso lo coloca en su circo, y al fantasma lo sitúa en su castillo.

En nuestro país se ha querido imponer el mito de que el tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina fue un nacionalista que defendió nuestra nación en contra principalmente de la «amenaza haitiana». Algunas personas buscan presentar al cruel sátrapa como un abanderado de las causas «patrióticas». Sin embargo, los hechos históricos han demostrado la falsedad de que el dictador vivió una vida entregada a causas nacionales, equivocada percepción que el tiempo se ha encargado de desmentir.

Leyendo el libro Historia Social y Política de la República Dominicana, obra recién publicada por el destacado profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Juan de la Cruz, me doy cuenta del engaño que resulta querer presentar a Trujillo como un nacionalista.

De la Cruz ofrece una información en su apasionante libro de que entre el caudillo Horacio Vásquez y el tirano Trujillo les regalaron a los haitianos alrededor de 6,200 km2 del territorio dominicano. Vásquez le entregó un 8% del país a los haitianos a través del Tratado Fronterizo de 1929, y Trujillo un 3% al rubricar el Acuerdo Fronterizo del 1936.

Igualmente, en el apasionante texto del profesor De la Cruz se ofrece el dato histórico de que cuando Trujillo visitó Haití el 8 de marzo del 1936, se ufanó de sus raíces haitianas, lo que demuestra que el despiadado déspota utilizaba el tema racista a su conveniencia.