El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se ha abierto frentes con China, Canadá y México con relación al incremento a los aranceles a las importaciones de esos países. Pero como si fuera poco Trump busca abrirse otro frente con la amenaza de gravar las importaciones de la Unión Europea, si sus miembros no compran más gas y petróleo a su país, y con la amenaza de ocupar el canal de Panamá.
No son los únicos conflictos agitados por el próximo mandatario, pues, como se sabe, no solo se ha planteado deportar a los inmigrantes ilegales, sino restringir la entrada de indocumentados a Estados Unidos.
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También ha amenazado con sanciones a los países del grupo Brics si conspiran para debilitar el dólar estadounidense. Su amenaza a Europa la basó en que desde 2022 las importaciones de su país alcanzaron 553,300 millones de dólares, mientras las exportaciones estadounidenses al viejo continente fueron de 350,800 millones.
Poco le importa la diversidad del intercambio comercial. Lo suyo son los números. Con los distintos frentes que se abre es claro anticipar una gestión conflictiva desde el mismo inicio de su Gobierno.