Un cambio demandado

Tardío, pero llegó por la puerta grande el cambio de gobierno y de partido que la población demandaba con carácter de urgencia, debido al rumbo equivocado de gobernar de Danilo Medina y el PLD, sobre todo el manejo equivocado de la transparencia, la honestidad, la delincuencia, la impunidad, la ética y la moral. Llegó el cambio con Luis Abinader a la cabeza y el PRM como instrumento de conquista de simpatía política, y la población votante como accionante para llegar al poder. Un cambio demandado y necesitado, que merece la felicitación a Luis Abinader y a su partido. Su elección no puede ser coyuntural sino una filosofía distinta de gobernar, sin arrogancia ni abuso de poder, que encarne el deseo y la necesidad de los dominicanos y dominicanas. Luis Abinader habrá interpretado semánticamente bien lo que quiere o no quiere la población. Sabe que quiere un gobierno decente, responsable, honesto y justo, que no se reparta los bienes del país.
Un gobierno sin botellas y sin las tradicionales y perversas bocinas. Que cumpla con lo que juró cumplir y hacer cumplir. Que el presidente sea creíble, que sea respetuoso y se haga respetar abrazado de la Constitución y la ley. Que honre los padres de la patria. Que tenga un ministerio público independiente, responsable, capaz y transparente. Un ministerio publico que no avergüence a los ciudadanos y ciudadanas. Un ministerio publico que con el auxilio de la Policía Nacional, trabaje 24/7 y sea implacable con el delito aunque suave con los imputados. Un presidente cuyas malas acciones no tuerzan la conducta de niños/as, adolescentes y jóvenes., y un largo etcétera. Hay que reconocer la difícil crisis en que el nuevo presidente asumirá el gobierno. Deberá actuar con pie y cabeza de plomo. Deberá depurar bien la designación de su gabinete. Debe ser cauteloso con los empleados que van a desemplear, evitando la tierra arrasada y respetando derechos como años en servicio y demás. Debiera evitar también que cada activista aplique su propia filosofía y regla individual, recordando que la población asecha tal como asechó a los salientes.

Todo el país debe felicitar a la población votante que indignada y avergonzada por el peligroso rumbo que llevaba la República Dominicana, decidió cambiar de caballo, no en medio de un río pero sí en medio de la más temible pandemia. Con el cambio, ya el pueblo comenzó a ganar con la anulación del Despacho de la Primera Dama con cuyo presupuesto puede cumplirse con un objetivo programado y mejorar la sumatoria de la economía.

Lic. Santiago Martínez