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Un Nueva York que “hace agua”

Un  Nueva York que “hace agua”

NY se divide en los condados de Manhattan, Queens, Brooklyn, El Bronx y Staten Island.

Nueva York se desarrolló durante varios siglos y comenzó la ocupación del territorio por las poblaciones amerindias, mucho antes de la llegada de los primeros colonos a lo que es actualmente Manhattan.

Las negociaciones que llevaron a la configuración actual de Nueva York con una división en cinco boroughs (distritos): Manhattan, Queens, Brooklyn, Bronx y Staten Island, se remontan recién al siglo XIX y a la primera mitad del siglo XX.
Antes de esta consolidación, la ciudad era el teatro de operaciones de diversos conflictos, con una alta tasa de criminalidad.

A pesar de ello, logró ganar progresivamente mayor importancia, al punto de constituir hoy en día la ciudad más grande de Estados Unidos de América y una de las metrópolis más importantes y dinámicas del mundo, no sólo en términos demográficos, sino también como centro de toma de decisiones de primer plano, capital mundial de las finanzas y del mercado de valores.

Los primeros contactos europeos con Nueva York se hicieron por medio de Giovanni da Verrazano, quien el 17 de abril del 1524, ancló cerca de la bahía de Nueva York, antes de continuar su ruta hacia el norte.

Posteriormente, el 2 de septiembre de 1609, Henry Hudson ingresó a la bahía formada por el Gran río de las montañas.

Años después, los neerlandeses conquistaron la bahía y fundaron Nuevos Países Bajos, cuando Adriaen Block se instaló durante algunos meses en la isla de Manhattan en 1613.

En 1625, otras familias fueron enviadas a Manhattan en varios navíos y formaron una colonia en Nueva York, logrando que la colonia de Nueva Ámsterdam surgiese oficialmente en 1626 con la compra por parte de Pierre Minuit. Entre los siglos XVII y XVIII,

la rivalidad marítima entre neerlandeses e ingleses llegó a su fin con la victoria de estos últimos en América del Norte. El rey de Inglaterra Carlos II donó a su hermano, el Duque de York, esta tierra fue inmediatamente rebautizada como Nueva York en honor del Duque de York.

En 1785, el Congreso Continental se instaló en Nueva York, que fungió desde entonces de capital provisoria de los Estados Unidos de América.

El 27 de septiembre del 1889, los trabajadores dieron los últimos toques al edificio Tower. Era una construcción de 11 pisos que, gracias a su estructura de esqueleto de acero, se considera el primer rascacielos de la ciudad de Nueva York.

A lo largo y ancho de los 777 km² que conforman la ciudad de Nueva York, se encuentran aproximadamente 762 millones de toneladas de concreto, vidrio y acero, según estimaciones de investigadores del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).

Si bien esta cifra involucra algunas generalizaciones sobre los materiales de construcción, esa prodigiosa carga no incluye los accesorios, los muebles ni el equipamiento de esos millones de edificios. Tampoco incluye la infraestructura de transporte que los conecta, ni a los 8.5 millones de personas que los habitan.

Todo ese peso está teniendo un efecto extraordinario en el terreno sobre el que se construye. Según un estudio publicado, ese suelo se está hundiendo entre 1 y 2 milímetros por año, en parte debido a la presión ejercida por los edificios de la ciudad.

Y eso preocupa a los expertos: al sumar el hundimiento del suelo con el aumento de los niveles del mar, la elevación relativa del nivel del mar es de 3 a 4 milímetros por año. Puede que no parezca mucho, pero a lo largo de unos pocos años, esto se traduce en problemas significativos para una ciudad costera.

A todo este drama geológico, la Fundación de Servicios, Promoción y Defensa de los Dominicanos en el Exterior, Inc, su presidente, Pablo Rodríguez y comité ejecutivo siguen promoviendo charlas, conferencias y encuentros con los dominicanos residenciados en esa importante metrópolis neoyorquina, en valores de conocimientos de esa situación geográfica norteamericana.

Así, fundamentando al tenor, dispuesto por la Ley 122-05 para el fortalecimiento y desarrollo de una sociedad civil plural, democrática y participativa, y mantener la dignificación de nuestros conciudadanos, valora, Rodríguez.

Nueva York ha estado sufriendo hundimientos desde el final de la última era glacial. Al haberse liberado del peso de las capas de hielo, algunas áreas en la costa este se han estado expandiendo, mientras que otras partes del litoral, incluida la zona en la que se encuentra la ciudad de Nueva York, parecen estar asentándose.

“Esa relajación causa el hundimiento”, dice, Tom Parsons, geofísico investigador del Pacific Coastal and Marine Science Center del USGS, en California, y uno de los cuatro autores del estudio. Pero el enorme peso del entorno construido de la ciudad empeora este hundimiento, afirma Parsons.

La ciudad de Nueva York, según Parsons, “puede considerarse como representante de otras ciudades costeras en EE.UU. y en el mundo que tienen poblaciones en crecimiento debido a la migración, que experimentan urbanización asociada y se enfrentan al aumento del nivel del mar”.
El autor es periodista y politólogo.

Por: Maguá Moquete Paredes
maguamoqueteparedes@gmail.com

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