SANTIAGO. Aunque a diario cientos de personas convergen en el hospedaje Yaque con el propósito de adquirir bienes y servicios, en el lugar no se toman las medidas adecuadas para prevenir la propagación de la covid-19.
Tanto en la parte interna como externa de la vieja edificación del principal centro de acopio de productos agrícolas del Cibao, se pueden observar a compradores y vendedores sin guardar la distancia física que evite el contagio.
Dentro y fuera operan alrededor de 700 puestos de venta de vegetales, víveres, hortalizas, calzados, ropa y otros productos.
El 22 de marzo pasado, a raíz de la aparición en el país del nuevo coronavirus, el sitio fue cerrado hasta el tres de abril por la Alcaldía, con el objetivo de someter el sitio a un proceso de desinfección.
Empero, a pesar de esa medida de prevención y los protocolos determinados por el Ministerio de Salud Pública para evitar la propagación del virus, en el hospedaje Yaque no se cumple con el distanciamiento físico entre vendedores y visitantes.
De igual manera, son escasos los lugares donde empleados y compradores pueden limpiar las manos con los productos que se obtienen para así minimizar posibles contagios.
El hospedaje Yaque comenzó a operar en 1953 como una pequeña estructura donde vendedores de productos agrícolas de algunos sitios del Cibao se daban cita para ofertarlos a dueños de pequeños negocios y compradores particulares.
Está ubicado en la parte baja de esta ciudad y, con el paso del tiempo ha derivado en la ocupación de la cuadra comprendida entre las calles Boys Scout, 16 de Agosto, Capotillo y Ulises Francisco Espaillat.