El pasado martes, con la Coalición por los Derechos y la Vida de las Mujeres, que aglutina a más de 70 organizaciones, gremios y diferentes instituciones, presentamos en el Paraninfo de Ciencias Políticas y Jurídicas de la UASD, la investigación «Causales de Vida, Estudio de Cinco Casos de Aborto por Causales en la República Dominicana».
Se trata de las historias de Ali, Mechi, Lina, Luisa y Carmen, nombres ficticios de cinco mujeres que se vieron ante la circunstancia de asumir la interrupción de sus embarazos en el marco de las eximentes solicitadas por el presidente del país, en las dos observaciones hechas por él a la reforma del Código Penal.
De las cinco, tres tuvieron el aborto entre 12 y 15 años, una a los 21 años y otra a los 25.
Los embarazos fueron voluntariamente interrumpidos, por riesgo de vida, violación sexual e incesto, y una, por malformación incompatible del producto, que le produjo complicaciones tales en la salud, que un equipo de médicos, en un hospital público, decidieron realizarlo para que la joven no muriera.
El análisis de estos cinco casos, muestra que los embarazos se generaron en contextos de pobreza y pobreza extrema, en espacios familiares de mucha violencia, inclusive dos de ellas, víctimas de incesto, una de su padre biológico y otra, de su padrastro que la había criado desde los 5 años, embarazándola a los 12. Las cinco mujeres, provienen de hogares desarticulados, con nuevas relaciones y cuatro de estas mujeres, son hijas de madres adolescentes.
El estudio muestra la absoluta falta de educación sexual familiar y escolar, lo temprano de las primeras relaciones sexuales y la falta de orientación en las entidades de Salud Pública, entre otras cosas.
Las historias que las personas cuentan sobre sí mismas, siempre impactan las emociones de quienes las oímos, pero las historias de las mujeres, impresionan mucho más porque están asentadas en el dolor y en la injusticia como enfoque socio cultural. Intentar conocer estas 5 historias, llevaron mucho de nuestro corazón en el proceso de levantarlas. Al final, a partir del cruce con Ali, Mechi, Lina, Luisa y Carmen, mi vida no es la misma y mis propósitos de trabajar con y las mujeres por nuestros derecho, se han fortalecido.
A estas cinco mujeres jóvenes hoy, las conocí vulnerables y fuertes a la vez, muriendo y renaciendo cada día, con tanta capacidad de resieliencia que se merecen un mundo mucho más justo que el que se les propone.
Por la vida de las dominicanas, la despenalización del aborto tiene que darse ya en este país!