Opinión

Acoso sexual en el trabajo

Acoso sexual en  el trabajo

POR: Susi Pola
susipola@gmail.com

 

Por estos días se dilucida en los tribunales del país, un caso de acoso laboral que afecta a una persona cercana, una historia con cuatro años de duración que terminó con la dimisión de la víctima y posterior demanda en los tribunales. Una autoridad laboral directa de la acosada, mantuvo una conducta permanente de hostigamiento sobre ella con comentarios, insinuaciones, gestos de intimidad, “piropos” alusivos, invitaciones a viajes, hasta oferta de vehículo de lujo si la víctima aceptaba tener relaciones sexuales con él. La joven hostigada, sintiéndose humillada, impotente, denigrada, con dificultad para dormir y sobre todo, con miedo y desesperación, renunció a su trabajo.

Las leyes dominicanas tipifican penalmente este crimen muy conocido y poco apelado por la sutileza de la cultura patriarcal en que vivimos en nuestro país, donde las relaciones laborales son patriarcales y en ellas, el acoso sexual pasa a rodearse de una ambigüedad y complejidad que debe afrontar desde su propia subjetividad, la persona afectada.

Sin embargo, para la ley penal dominicana, toda orden, amenaza, constreñimiento u ofrecimiento destinado a obtener favores de naturaleza sexual, realizado por una persona (hombre o mujer) que abusa de la autoridad por sus funciones, es acoso sexual, castigándolo con un año de prisión y en caso de ser en el trabajo, con derecho a la dimisión justificada prevista por las leyes laborales del país.

El acoso sexual, es una expresión de poder y sea en el trabajo, en las escuelas, en el ambiente de las iglesias o en cualquier espacio en el que se presente, se convierte en un indicador de la dimensión patriarcal de las relaciones entre “superiores y subordinadas” y entre hombres y mujeres. Y “es posible por el trasfondo cultural, social e ideológico que configura el imaginario colectivo, en el que, toma un papel decisivo el sistema de organización patriarcal que preside la vida de los hombres y las mujeres en nuestra sociedad”. (En “El acoso sexual en el mundo laboral: un indicador patriacal”, por Teresa Torns, Vicente Borras y Alfonso Romero)

Como práctica dañina, el acoso sexual en el trabajo, afecta a las mujeres en su intimidad, dignidad e integridad, entorpeciendo su desempeño laboral y limitando sus oportunidades de desarrollo, lo que lo convierte en una de las peores violencias basadas en el género, reconocida por toda nuestra legislación nacional, Constitución, Código Penal, Código de Trabajo y por los acuerdos internacionales.

Es hora de que los tribunales entiendan que los dominicanos, deben aprender que no son dueños de las mujeres. Hay una mirada peligrosa y machista que nos agrede, mutila y mata.

El Nacional

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