ESTO PIENSO, ESTO CREO

Agrupaciones o sindicatos, hechos a la medida de cada uno

Agrupaciones o sindicatos, hechos a la medida de cada uno

Desconozco la razón, por la cual, mal me ha dado por mal pensar sobre algunas organizaciones que, en muchos casos, parecen ser empresas particulares, más que sindicatos o simples asociaciones de profesionales. Y no hay que poner ejemplos debido a que es bien sabido lo que nos está sucediendo con determinadas asociaciones en donde, la finalidad de estas, poco o nada tiene que ver con sus obligaciones hacia el pueblo o el Estado mismo.

Todos han tomado el mismo camino de luchar por sus propios intereses sin importar si se trata de salud, educación y peor aún, sobre la justicia.

Estas agrupaciones se han convertido en engendros de “líderes” o dirigentes con una sola visión, dirigida al engrandecimiento de su ego, tal y como están demostrando los “nuevos” que pertenecen a organismos tan delicados como la judicatura, por algo decir.

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Todas las luchas de esos distinguidos y honorables dirigentes, están -supuestamente-, dominadas por el mismo procedimiento de clamar por justas reclamaciones para mejorar el servicio que deben dar a la ciudadanía en general pero que, han degenerado en una lucha que nada tiene que ver con eso, si no, con sus ambiciones y privilegios, de los cuales carecen otros tan profesionales como ellos mismos.

Bastaría recordar -aunque es un peligro mediático hacerlo-, aquella lucha por el medio millón para la UASD, justa y digna pero que, se ha demostrado que el problema no era tanto el medio millón sino, el cómo se iba a manejar, contrario a lo que se expresa en aquel adagio de que “a lo que nada nos cuesta, hagámosle fiesta”.

Cientos de millones en “estudios”, solo para favorecer a compañeritos, en tanto, la preparación académica se mantiene en los mismos o peores niveles de cuando se inició la lucha por el aumento del presupuesto.

Tomé ese ejemplo, por ser quizás el más viejo de todos, pero, qué decir de la educación en general, donde se ha hecho de todo, menos elevar el nivel de aprendizaje, tanto de los profesores como de los alumnos.

Como dice la bella canción “Derroche”, si, todo un derroche de dinero sin que hasta la fecha exista algún régimen de consecuencia por el mismo. Y, peor aún, es ver como algunas de estas agrupaciones olímpicamente hacen sus propios reglamentos, hasta por encima de la misma Constitución, arrogándose privilegios peores que los propios políticos “honorables”. Y, es que, son tantas las cosas que están haciendo, que ya hasta el Estado parece incapaz de poder controlar determinadas acciones que atentan contra la propia Seguridad Nacional, cosa esta que está pasando por debajo de la mesa, como sería, el mantener este pueblo en un estado de pobreza cultural que no le permite desarrollar el intelecto, o  que decir, del solo pretender detener el curso normal que deben seguir los procesos judiciales, porque a un grupito les da por hacerlo,  donde, hasta  los valores éticos y morales, ya están brillando por su ausencia.

Pero la cosa va más lejos, porque el mantra sobre indelicadezas se escucha en el fondo de la gran mayoría de los manejos del liderazgo en esas organizaciones, donde la pedantería y el engreimiento, los hace desafiar hasta al mismo poder legalmente establecido.

Asistimos ante una avalancha de deshonestidad, que resalta en cualquier actividad profesional o de negocios, cual, si fuese, una plaga maldita, donde, obtener beneficios pecuniarios, es lo que prima por encima de cualquier otro aspecto.

 El engaño; los mamotretos “legales” y la publicidad engañosa, se han apropiado del diario quehacer, incluyendo -lamentablemente-, hasta el tema del ejercicio de la medicina. Parece incierto, pero, es así. ¡Sí señor!

El Nacional

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