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Al PLD, sin cariño

Al PLD, sin cariño

Juan Taveras Hernández

Si yo fuera dirigente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), tras los pésimos resultados de las elecciones me olvidaría de los intentos por recuperar el poder, por lo menos en las elecciones de mayo cuando se elegirán senadores, diputados y al presidente de la República.

Aunque disminuido, por diferentes razones que podríamos explicar en otra ocasión, el PLD ratificó su condición de partido grande, con presencia orgánica (dirigencial) en todo el territorio nacional. De hecho, el PLD es hoy, por hoy, la segunda fuerza política del país.

He dicho en otras ocasiones que Abel Martínez es un candidato sin condiciones, que no conecta con la gente, sin liderazgo, (acaba de perder su provincia, Santiago), sin arraigo dentro de su organización, que no concita emociones; en definitiva, Abel Martínez no es buen candidato.

No prende, ni prenderá en el mercado electoral. No gusta. Los números de las encuestas lo colocan en un lejano tercer lugar. Ahí se mantendrá. No hay ninguna posibilidad de avanzar, desplazar a Leonel Fernández, que es “buen candidato”, pero con una altísima tasa de rechazo y sin un partido fuerte que lo respalde. Leonel acaba de recibir una derrota aplastante. Los más de dos millones de inscritos que dijo tener, desaparecieron. No era verdad. Nunca fue verdad. Los números de la Junta Central Electoral lo dicen.

Si yo fuera dirigente del PLD o asesor estratégico del Comité Político, me olvidara de una alianza con la Fuerza del Pueblo y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), virtualmente desaparecido. No gastaría tantas energías en Abel, ni recursos económicos, porque Abel no saldrá del sótano, como no pudo hacerlo las Águilas en la temporada pasada. ¿Qué hará el equipo cibaeño para la próxima temporada? Reorganizarse, contratar buenos refuerzos, garantizar un experimentado capataz que conduzca el equipo hacia una nueva victoria.

Es justo lo que debe hacer el PLD. Si yo fuera dirigente de ese partido, trataría de ganar una cuota importante de poder en el Congreso, diputados y senadores, convertirme en “la segunda mayoría”, con representación en el Consejo Nacional de la Magistratura y en otros órganos del primer poder del Estado, que es el Legislativo.

El PLD puede obtener buena cantidad de diputados y senadores, con buenos candidatos, que los hay, con posibilidad de ganar, incluyendo algunos fuera de la militancia peledeísta, con arraigo provincial y valores éticos y morales.

Yo me olvidará de ganar las elecciones presidenciales con Abel Martínez, que no tiene “nada en la bola”, que, si me lo permiten, le sugeriría que se concentrara en ganar senadurías u diputaciones en Santiago, Santo Domingo y otras provincias.