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Anomia social

Anomia social

Alberto Quezada

Si en este pedazo de isla no se detiene el proceso de degradación e irrespeto a las leyes y las normas sociales establecidas en poco tiempo estaremos asistiendo a lo que algunos científicos y profesionales de conducta humana han definido como anomia social.

Es preciso definir el concepto anomia. Uno de los principales impulsores del referido concepto, el sociólogo Robert K. Merton, explica en uno de sus tratados que la anomia es sinónimo de falta de leyes y control en una sociedad y su resultado es una gran insatisfacción por la ausencia de límites en cuanto a lo que se puede desear.

En tanto que, el también sociólogo Emile Durkheim, la definió como un estado que surge cuando las reglas sociales se han degradado y ya no son respetadas por los integrantes de una comunidad.

Luego de reflexionado lo planteado por ambos autores hay que admitir con dolor que este fenómeno psicosocial cada día toma más terreno en la República Dominicana en ámbitos tan importantes como la familia, los medios de comunicación, los partidos políticos, los gremios profesionales, instituciones públicas y privadas, iglesias, entre otras.

De manera que, un país como este no puede seguir con esa actitud contemplativa aceptando y celebrando que lo incorrecto e improcedente en términos legales y sociales hoy se vea y acepte como algo normal.

No es posible digerir en pleno siglo XXI que los ciudadanos de los sectores populares, clase media y alta, estén glorificando y haciendo culto a lo vulgar, plebe, intranscendente, superfluo y banal, llevándose por delante las reglas, leyes y buenas costumbres.