Con la suspensión de la docencia para reclamar aumento salarial, la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) ha optado por apostar al caos en el magisterio antes que a la enseñanza.
El gremio ni siquiera se ruborizó ante el informe de la Unesco según el cual solo un 13.7% de los niños de tercer grado alcanzó un nivel de legibilidad en ortografía y puntuación.
Ese resultado es responsabilidad de maestros incompetentes, que para colmo dejan de impartir docencia para protestar y reclamar un 25 % de aumento salarial.
Como son más gremialistas que educadores no les importan que los estudiantes aprendan o no.
Solo les interesan los beneficios, aunque no se correspondan con sus aportes al sistema educativo.
La suspensión de la docencia el viernes se suma a los días de clases que se perdieron cuando el gremio llamó a los maestros a no integrarse a la reanudación de las clases.
En su condición de diputado opositor, el presidente de la ADP, ha definido su apuesta por el caos, y los maestros, que saben que la presión arroja beneficios, se prestan al juego.
La combinación de factores es para generar pánico en el sistema educativo.