El presidente de la ADP, Eduardo Hidalgo, reclama frente al Congreso mejores pensiones. / Víctor Martínez
Con el plazo de una semana al Gobierno para que decida su propuesta de jubilación a docentes, la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) evidencia que más que la suerte de los antiguos educadores su real interés es fomentar las tensiones sociales.
La situación de los jubilados, que en verdad merecen una mejoría en sus asignaciones, luce como un instrumento de los principales dirigentes de la ADP para disfrazar otros intereses.
La ADP reclama una pensión mínima de 50 mil pesos mensuales para los 33 mil maestros jubilados. No sin arrogancia el titular del gremio, Eduardo Hidalgo, informó que se dará un “chance” de una semana al presidente Luis Abinader para que decida sobre la propuesta a favor de los jubilados.
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Hidalgo encabezó una manifestación pacífica al Palacio Nacional, donde fue recibido por una comisión oficial que prometió estudiar el caso de las pensiones.
Pero la advertencia y la misma demanda evidencian que el reclamo no es más que un pretexto con que el gremio, que ha encontrado un amplio rechazo en las suspensiones de la docencia, trata de generar una chispa social.