La significación de la cultura popular dominicana se expresa específica y particularmente en el arte dominicano, de tal manera que, dichas expresiones orales, visuales y productivas, se convierten en representaciones imaginarias y en motivos que se reconocen en la identidad cultural y plural del país.
A través del folclor y del arte podemos encontrar el conocimiento activo y viviente de la sensibilidad creadora y cultural dominicana, de tal manera que los contenidos de la tradición, así como las formas de la conciencia histórica, convergen en una estética de lo popular que vive en el artista y la obra.
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El conjunto de creencias culturales e imaginarias confirma etapas y cronologías desde las cuales el arte imita lo real, lo social lo identitario y lo visional.
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El llamado arte folclórico no es un arte solamente rural o pintoresco como se cree muy a menudo; pues el mismo incorpora también lo urbano como categoría socio-cultural, siendo así que los orígenes, las raíces históricas y las imágenes, aparecen también en la creación artística marcada por un dinamismo estético organizador y, sobre todo articulador.
A través de la pintura, escultura, creaciones artesanales, vestimenta, música, teatro, carnaval y otras productividades ideoculturales, podemos advertir la vivencia de un universo representativo en el orden de lo cultural.
Desde el baile, el canto oral, el cuento de caminos, las adivinanzas, proverbios, refranes, poesía tradicional y otras formas del relato, podemos entender la policulturalidad dominicana.
El conjunto representativo de las formas populares, dará lugar a una comprensión en la cual lo popular se acentúa, desde el recorrido carnavalesco, la escritura y el intertexto artístico-cultural.
Es a través del carnaval entendido como forma de representación popular festiva, como podemos ver el funcionamiento del sincretismo artístico del rezo, o en la caravana podemos advertir formas tipologizadas del conocimiento artístico y cultural.
En el caso de la plástica dominicana, reconocemos el tipo de absorción visual-pictórica, escultórica y dibujística, siendo así que para el artista visual la tradición y las raíces son modelos de la obra.
A través del paisaje y los símbolos populares, el artista plástico ofrece su visión mediante el colorido y la forma, el mundo de arriba y el mundo de abajo.
Desde la plástica se podrá reconocer el marco de las formas socioculturales, pero también el orden en el que lo popular se representa y democratiza.
Con respecto a la música, se puede reconocer una conciencia del sentido rítmico y melódico, pero también ciertas armonías y tonalidades del canto autóctono que reflejan las sonoridades básicamente rurales y urbanas.
Estas formas musicales influirán en todo lo que representa la expresión artístico-musical del país.
Se entiende por folclor artístico lo representable desde una estética de la oralidad y la visualidad que, en nuestro caso, se apoya y revela desde la raíz cultural.
Esta se define mediante el conjunto de los hablares artísticos, folclóricos y psicosensibles, a partir del ritmo que se impone en la creación desde el lenguaje.
El habla proverbial, el hablar desde el refranero, desde las adivinanzas, el hablar desde la poesía tradicional, el hablar desde el cuento de ancianos y desde el canto de vida y de muerte, conduce a manifestaciones representativas donde la identidad y lo identitario pueden ser advertidos en los diferentes movimientos de la cultura dominicana.
En el caso de las festividades populares, encontramos tipos particulares de junturas religiosas, sociales e históricas. Ejemplo: la festividad de La Altagracia, la de Corpus Christi, la de San Andrés; festividades patrióticas como el 27 de Febrero, 16 de Agosto, Día de Duarte y otras.
La fiesta popular se afirma en nuestro caso desde el espíritu folclórico, pero además con la vida específica de la cultura popular y la tradición.
Se podría decir que en el marco de la relación arte y folclor se impone también la visión de lo cultural como aspecto representativo del ser dominicano.
Lo folclórico tiende a ser asumido y representado por el sujeto cultural rural o urbano, de tal manera que la visión de las diversas formas de la cultura se establece a partir de correspondencias que son, no solamente artísticas y folclóricas, sino históricas, sociológicas y antropológicas.
(El autor es profesor en la Facultad de Arte de la UASD).