La crisis de Ucrania que confronta aun en un altisonante terreno diplomático a Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea (UE), ha tomado un giro matizado por lenguaje militarista y cánticos guerreristas, sin propuestas que acerquen a las partes a un anhelado escenario de la concertación.
Estados Unidos y la Alianza del Atlántico Norte (OTAN) rechazan el pedido ruso de firmar un tratado bilateral sobre seguridad entre la UE y la Federación Rusa, así como cerrar la puerta a una futura incorporación de Ucrania a ese pacto militar.
El Kremlin exige la retirada de todas las unidades y armas en las zonas europeas más próximas a Rusia, incluido el este y los países bálticos, al tiempo de advertir que ante rechazo de occidente se vería obligado a implementar medidas “técnico militares”.
Washington y Bruselas ofrecen negociar con Rusia un acuerdo de desarme y promover medidas de confianza en los diferentes foros internacionales, lo que ha sido rechazado por el presidente Vladimir Putin, que exige también detener el suministro de armas a Ucrania y los ejercicios militares conjuntos.
Hay razones, pues, para que el mundo civilizado exprese profunda preocupación por el derrotero de esa crisis que se escenifica en la frontera entre Rusia y Europa, que podría desembocar, en el menor de los casos, en una guerra convencional.
Aunque el mando militar ruso informó sobre el retiro de tropas acantonadas en una zona fronteriza con Ucrania, Washington cree que, por el contrario, el Kremlin ha expandido su movilización militar en esa franja con la intención de invadir a esa antigua república soviética.
Una eventual guerra tendría efectos devastadores para los confrontados, especialmente para Rusia, Europa, Estados Unidos y, obviamente, para todo el mundo, que estaría en peligro de una conflagración nuclear, que por la gravedad de la situación no es ya una quimera.
República Dominicana se ha unido al coro de voces que a nivel mundial claman por una pronta solución pacífica al conflicto de Ucrania, que ya convulsiona la economía global, cuyo proceso de recuperación pos pandémica dependerá de si estalla o no ese barril de pólvora.