Río de Janeiro.- El ministro de Defensa de Brasil, José Múcio, dijo este viernes que el Gobierno sigue de cerca la escalada de tensión que se vive entre EE. UU. y Venezuela, y que las Fuerzas Armadas del país mantienen operaciones constantes en la frontera pues le preocupa que la región se convierta en “una trinchera».
El ministro enfatizó que Brasil no tomará partido en el conflicto y que la presencia militar en la región tiene como objetivo preservar la soberanía nacional y evitar que el país se vea arrastrado a disputas externas.
“Esto es como una pelea entre vecinos. No quiero que toquen mi pared ni que cambien el cableado que ilumina el frente de mi casa. Esperamos que esto pase.
Evidentemente, ellos deben tener sus motivos”, dijo el ministro a la prensa tras un almuerzo de los comandantes de las Fuerzas Armadas con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
En sus declaraciones, Múcio aseguró que Brasil mantiene “operaciones constantes en la frontera” con el país vecino, pues no quiere que la región limítrofe se convierta en una “trinchera».
Las tensiones entre los dos países se intensificaron luego de que, a comienzos de agosto, Estados Unidos desplegara ocho barcos militares con misiles y un submarino de propulsión nuclear en áreas del de Marzo Caribe cercanas a las costas de Venezuela para supuestamente combatir el tráfico de drogas que “contaminan” las calles de su país.
La ofensiva fue presentada como parte de una estrategia para combatir carteles de droga en la región. Pero el foco de la operación se ha desplazado hacia el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sobre quien pesa una recompensa de 50 millones de dólares ofrecida por el gobierno de Donald Trump, que lo acusa de liderar una red de narcotráfico.
El martes, Trump afirmó que fuerzas estadounidenses destruyeron una embarcación que transportaba drogas desde Venezuela hacia EE.UU., que dejó un saldo de once traficantes muertos, que, según Washington, pertenecían a la organización criminal transnacional Tren de Aragua, a la que relacionan con el Gobierno de Maduro.
Aunque ni Washington presentó evidencias del cargamento ni Caracas demostró que el video del ataque era falso, lo que ha generado dudas sobre la legalidad y el alcance de la operación.
El hecho ha suscitado reacciones de ambos países. Según el Departamento de Defensa de EE. UU., el Gobierno de Maduro envió el jueves dos cazas a sobrevolar un destructor estadounidense, lo que fue calificado como “una maniobra provocativa” por el Pentágono.
En una aparente respuesta, este viernes se conoció que la Casa Blanca ordenó el despliegue de 10 aviones de combate F-35 a Puerto Rico para realizar operaciones contra carteles de droga.