Cójanlo

Burda jugada

Burda jugada

Los senadores pretendieron dar un golpe de efecto al aprobar la eliminación de las exenciones fiscales en primera lectura. Lo primero que se tiene que advertir es que no todas las exenciones son malas o iguales.

Las que benefician a los congresistas no se pueden comparar con las otorgadas a sectores como el turismo, zonas francas o a empresas instaladas en la frontera. Son sectores que generan empleos y pagan impuestos. Las de los congresistas se reducen a un privilegio.

Pero los congresistas también buscan engatusar a la opinión pública con una mala jugada al eliminar las exenciones y preservar el barrilito y demás privilegios que no se corresponden con la función de legislar.

Si entendían que las críticas sobre los irritantes privilegios estaban dirigidas solo a los peledeístas, es obvio que se equivocaron. Las críticas son sobre el privilegio que representan los beneficios que tienen para, por demás, legislar más en provecho propio que de la nación.

Bien que se eliminen las exenciones que lesionan al fisco como las de los congresistas. Pero sin tampoco excluir los beneficios adicionales de que disfrutan los legisladores para ejercer sus funciones.

El Nacional

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