POR: Susi Pola
susipola@gmail.com
Sorprendió la última promoción de la nueva cédula de identidad por la Junta Central Electoral, que refiere “cambiar la vieja”, una expresión obvia de doble sentido que alude a la cédula solo después de haber representado al cambio de las mujeres.
Para hacerlo, la reducida creatividad vernácula, utiliza la figura de un actor cómico, de gran fuerza machista en sus personajes, muy reconocido y apreciado en el imaginario social dominicano, que forma parte del pretendido “pícaro” mensaje.
Como reacción, la Fundación «Manos Arrugadas» solicitó a la Junta retirar de los medios la campaña por considerarla discriminatoria con las mujeres en general y con las envejecientes, en particular. Otras muchas personas se manifestaron por las redes sociales agregando argumentaciones en contra de un spot tan fuera de lugar.
El presidente de la JCE, explicó entonces, por las redes y a la prensa, que esta campaña “puede referir a la vieja casa, la vieja goma, la vieja llave, en fin muchas cosas, la vieja costumbre”, pero “no cree que se refiera a la mujer, ni que sea machista, como sostienen algunos sectores”.
Claro que el presidente de la JCE no es ni especialista ni sensible al género, y sin esa perspectiva no se da cuenta que, precisamente la asociación de una mujer con una cédula, “o muchas cosas”, como él dice, forma parte del marco sociocultural que mantiene la brecha de género, cosificándonos.
Decía en estos días pasados y por esta columna, que si las leyes todas ya hubieran sido constitucionalizadas, tendríamos claro que una persona cualquiera que vive de hacer reír a la gente, loable profesión, no puede hacerlo a costa de estereotipos negativos, sean por género, por edad, por creencias, por preferencias u opciones sexuales, por clase social, etc.
Y agrego, también las propagandas y promociones. Porque la Constitución dominicana se fundamenta en el respeto a la dignidad de la persona y se organiza para la protección real y efectiva de los derechos fundamentales que le son inherentes.
Por lo demás, mucho se ha hablado de esos patrones que mantienen la cultura irrespetuosa y violenta del machismo dominicano, que están resultando en un incremento de la delincuencia y los crímenes, sostenida, reciclada y festejada por funcionarios que no tienen idea de cuanto transmiten las imágenes y las palabras.
El presidente de la JCE, de reconocido ejercicio “atento a él”, no piensa retirar la campaña ni disculparse. Qué así sea, el llegará al punto del desprecio de la misma sociedad que está ayudando a formar, porque al final, somos viejas y viejos todas las personas!