La nación dominicana
Señor director:
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La idea anunciada por el canciller, de que se reunirá con los jefes diplomáticos acreditados en el país, tendrá extraordinarios resultados, debido a que la República Dominicana, no está en condiciones de aceptar las injerencias e imposiciones de Organismos Internacionales, porque el interés nacional está por encima de todo.
La Cancillería, bajo la conducción del Ministro Andrés Navarro, está en la obligación de que las informaciones con relación a la posición sana y correcta del gobierno, no sean manipuladas, torpedeadas, y manejadas con malsanos intereses por ciertos medios de comunicación y por sectores políticos prohaitianos, así como también por entidades religiosas y por Organizaciones No Gubernamentales (ONG) las cuales reciben dinero del exterior.
Con una excelente estrategia comunicativa y una persistencia en el Trabajo Diplomático, diciendo lo que hemos hecho por Haití, y el nivel de solidaridad, que siempre ha mostrado la República Dominicana, por el vecino país, nos colocarán, en un buen sitial en el ámbito Internacional, pero esto, hay que hacerlo saber al mundo.
Atentamente,
José S. Méndez
La cárcel de La Victoria
Señor director:
Recientemente el diputado Elpidio Báez, presidente de la comisión de Interior y Policía, de la Cámara de Diputados, solicitó mediante resolución, la demolición de la cárcel de La Victoria.
En el 2009 el entonces Procurador general de la República, doctor Radhamés Jiménez Peña, anunció el cierre del penal, pero tal medida nunca fue llevada a cabo.
El director de la Pastoral Penitenciaria de la iglesia Católica, fray Arístides Jiménez Richardson, también solicitó el cierre del penal, por las condiciones de hacinamiento en el recinto.
Contrario a esos pedimentos, los moradores del distrito municipal de La Victoria rechazan que el penal sea cerrado o demolido, alegando que de las compras de la penitenciaría dependen miles de personas.
El alcalde del distrito municipal de La Victoria, Juan Hernández Fabián, se opone al cierre del penal y sostiene que lo malo de la cárcel no es el edificio, sino, el sistema de reclusión del mismo.
”Si cambian el sistema, la cárcel cambia también ” dice Hernández Fabián.
Atentamente
Ramona Abad
Residente de La Victoria