Acción de gracias
Señor director:
“La celebración del Día de Acción de Gracias tuvo su origen en Inglaterra y la fiesta toma mucho en cuenta el festival de la cosecha, aunque esta en ese país ocurre mucho antes de la fecha en que actualmente se celebra. En los Estados Unidos, el primer Día de Acción de Gracias fue en 1621, los peregrinos en Plymouth, hoy Massachusetts, tuvieron una larga fiesta de tres días de duración dándoles gracias a Dios, por el gran éxito de la cosecha de año. Y desde entonces siempre que tuvieron una cosecha buena, los peregrinos y sus descendientes celebran el Día de Acción de Gracias.
La proclamación de ese día fue dado principalmente por la Iglesia Católica y después de la Revolución Americana, George Washington proclamó el Día de Acción de Gracias el 26 de noviembre de 1789, pero fue en 1863 cuando oficialmente Abraham Lincoln lo decretó una fiesta federal y escogió el último jueves del mes de noviembre. Esa historia nos la hizo una amiga y maestra muy buena, que reside en Orlando, Florida, y quien vino en noviembre pasado para pasarlo con una tía que está muy enferma. A su prima y a mí nos propuso celebrar el “Día de Acción de Gracias” y aceptamos la propuesta, la planificamos “de traje”, la visita y sus parientes pusieron el pavo, puré de papa, pastel de calabaza, salsa de arándanos, pastel de nueces y jugos. Yo puse las ensaladas. Algunos preguntaran, por qué se usa solo la carne de pavo, porque era la más asequible, pues abundaban los silvestres cuando los peregrinos inventaron esa fiesta.
Ya congregada la familia y amigos(as) dimos inicio a la festividad, y cada uno de los presentes dio gracias a Dios por darnos la vida, por habernos permitido reunirnos justo en el mes de la familia (núcleo de la sociedad), por su misericordia y capacidad de perdonarnos sin importar la gravedad de nuestros pecados y por los alimentos. Dios se alegra cuando le agradecemos y reconocemos que quien lo tiene a él nada le falta. Quienes desconocíamos ese tipo de fiesta quedamos gratamente impresionados, en la misma alabamos a Dios, comimos buenos y aprendimos el origen de esa conmemoración, con más amplitud de la reseñada, pues por problema de espacio resumí la explicación magistral de esa maestra, perteneciente al grupo de las que aprenden y enseñan. La fiesta fue edificante, linda y muy económica por “el traje”.
Aprovecho la ocasión para desearles un feliz, venturoso y próspero año 2015 a todas las gentes, merecedora de amor, felicidad y mucha paz, respecto a esta( de Amado Nervo) es bueno destacar: “El signo más evidente de que se ha encontrado la verdad es la paz interior”.
Atentamente,
Lic. Teresa Gómez