Opinión

CARTAS DE LOS LECTORES

CARTAS DE LOS LECTORES

Cartas

Iglesia viva

Señor director:
La Iglesia católica dominicana necesita una renovación. Sangre nueva e ideas nuevas. Los evangelios, poco importa los siglos que tienen de existencia, es un documento vivo, nuevo, con un mensaje para el hombre de hoy.

La Iglesia luce fría, equidistante de su comunidad. Hay sacerdotes tremendistas y otros opacados por la prédica religiosa. Hay que ir a donde está el hombre. El principal objeto de una homilía tiene que ser el ser viviente, para que gane su redención.

Estas reflexiones me vienen a raíz de la renuncia del Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez a su posición de Arzobispo de Santo Domingo, y la búsqueda de su sucesor. Muchos están pensando en la edad de los aspirantes para hacer la designación.

López Rodríguez seguirá manteníéndose como Cardenal. Su papel en la sociedad dominicana está claro. Es un prelado polémico, abrazando causas que a su juicio son buenas pero sobre todo, hablando en tono claro sobre problemas nacionales puntuales.

La Iglesia católica dominicana ha dado pasos en retroceso sobre su acercamiento comunitario, no va a la misma velocidad del Papa Francisco, si tomamos en cuenta la forma en que los sacerdotes de hace 20 o 30 años incursionaban en las actividades sociales, predicando la biblia y luchando por los pobres. Cierto que se fue a resbalones históricos como respaldar y ser el soporte fundamental del golpe de Estado a Juan Bosch, pero la institución pasó página sin hacerse el mea culpa.

Prefiero al sacerdote que encabeza a familias campesinas en una toma de terrenos, a un ensotanado que esté en aire acondicionado, hablando de las bondades y la salvación, pero volteando la cara ante los que sufren injusticias y desamparo social.

Hoy no se justifica con decir el sermón en el púlpito, hay que plantear las necesidades del pueblo. Estas ronchas son salud, educación, empleo y temor a la delincuencia. Hay que poner el dedo en la llaga de estos y otros males.

Periódicamente la iglesia emite documentos para analizar la situación nacional, pero esas opiniones veo que se quedan en el papel. La pastoral del Día de La Altagracia o la del 27 de Febrero no es la unidad para la acción, porque no toma forma, no toma vida, y por consiguiente se queda en los titulares de los periódicos.

Atentamente,
Manuel Hernández Villeta

El Nacional

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