La sentencia de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos que condena a El Salvador por impedir el aborto a una mujer cuya vida corría peligro ha puesto sobre el tapete el caso de las tres causales que tanto alboroto ha creado aquí.
El histórico fallo ha sido catalogado por organizaciones sociales como un triunfo de la justicia. En 2013 el Gobierno de El Salvador impidió la interrupción del embarazo a una mujer, conocida públicamente como Beatriz, a pesar de que su vida corría peligro y el feto tenía una malformación congénita.
Las razones son dos de las tres razones que se han invocado en el país para autorizar el aborto. Por primera vez el tribunal continental falló sobre un caso relacionado con el aborto, prohibido en El Salvador bajo cualquier modalidad con penas de cárcel de dos a ocho años, pero habitualmente interpretado por la justicia como homicidio agravado, que conlleva penas de hasta 50 años de prisión.
En su sentencia el tribunal continental consideró que el Estado salvadoreño es responsable por la violación a los derechos a la integridad personal, a la vida privada y la salud en perjuicio de la mujer a la que se denegó abortar.