Por lo menos los obispos Jesús Castro Marte y Víctor Masalles no quieren que se cierre la actual legislatura, que termina hoy, con un Código Penal todavía en el limbo. Pero el código como tal no es tanto lo que les preocupa, sino la suerte del aborto.
Está más que claro que los religiosos no descansarán hasta que el Congreso sancione el polémico proyecto sin la mínima flexibilidad sobre la interrupción del embarazo. Cuando sean ellos los que salgan al frente, entonces lo harán otros.
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Aunque en las cámaras legislativas existe una atmósfera contra las tres causales que tanto ruido han provocado obispos como Castro Marte y Masalles no se fían. El obispo de la diócesis de Peravia expresó su temor de que una mano tenebrosa quiera convertir el Congreso en un teatro de marionetas.
Al concluir hoy se da como un hecho que el Poder Ejecutivo convocará una legislatura extraordinaria para conocer proyectos pendientes. El referente al Código Penal es seguro que está entre esas piezas.
Los obispos pueden estar tranquilos por lo menos en lo que respecta a que nada que huela a aborto será aprobado. Y menos en víspera de un proceso electoral.