La actriz dominicana entrega una actuación convincente, develando una montaña rusa de sentimientos en su papel de la influyente compositora Alma Mahler
Santo Domingo.- Cuando el ensayista y dramaturgo peruano Herbert Morote escribió para Cecilia García “Alma Mahler: La Novia del Viento”, estaba reconociendo en la polifacética artista dominicana condiciones especiales para interpretar a esta controversial compositora vienés. Y no se equivocó.
Cecilia regresó anoche al teatro, con el estreno mundial de esta pieza que habrá de recorrer escenarios internacionales por las pasiones que todavía despierta la vida de quien fuera considerada por algunos de sus detractores pionera de feminismo. Y, por supuesto, por tratarse de una de las mejores actuaciones de la actriz criolla.
Frente a un público que abarrotó la sala Ravelo, entre ellos, Herbert Morote, Cecilia entregó a una actuación convincente, develando una montaña rusa de sentimientos, deslices, amores, desamores y ¿sacrificios? de la viuda de Gustav Mahler, su primer marido.
Alma recibe en su mansión de California a un periodista interesado en escribir sobre ella y en una inesperada catarsis le ofrece más información de la esperada. Al verse frente él su gesto de desdén es evidente, le sirve y se sirve un trago, y en un inesperado cambio desnuda su alma y le cuenta de sus pasiones, infidelidades y, aunque de manera sutil, de su vida sexual.
Esta mujer fuerte y dura, que se rebeló contra la tradición, las formas socialmente establecidas y la sumisión esperada de una mujer de principios del siglo XX, recuerda con tristeza y alegría a su único amor: su padre Emil Schindler, pintor paisajista.
“Siempre que terminaba mis estudios de piano me recibía con los brazos abiertos, me sentaba sobre sus piernas y me recordaba lo importante que era para él”, recuerda.
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El periodista se mantiene mudo mientras ella comparte su versión de los hechos, a veces reacciona con gestos sutiles ante la avalancha de información que va recibiendo de esa seductora que fue abriéndose paso en la sociedad que tanto la criticaba, por ser esposa o compañera de grandes figuras de su época, aunque antes de los 20 había compuesto 16 lieder, poemas acompañados de piano, los cuales se interpretan hoy día.
Recordó ese momento cuando Gustav Klimt la besó cuando apenas tenía 16 años. A los 23 se casó con Gustav Mahler, luego con el arquitecto fundador de la Bauhaus, Walter Gropius y con Franz Werfel, reconocido novelista.
Cuenta de sus romances con otros artistas, como el biólogo y compositor Paul Kammerer, quien la amenazaba con suicidarse en la tumba de su exmarido si no accedía a casarse con él y con el pintor Oskar Kokoschka, con quien tuvo una relación turbulenta, por lo que decidió abortar el hijo engendrado con él.
Alma rechazaba los prejuicios, mientras renunciaba a sus dos pasiones, la música y la escritura, para apoyar a sus parejas y elevarlas en sus carreras mediante sus aportes a través de su capacidad intelectual y creativa.
EL DATO
Funciones
“Alma Mahler, la novia del viento” se presenta en la sala Ravelo del Teatro Nacional Eduardo Brito, los días jueves, viernes y sábado, a las 8:30 de la noche y el domingo a las 7:00 de la noche.
Cuenta con la producción de Primera Memoria Producciones, responsabilidad de la productora Beatriz Henríquez. Como actor invitado está Mario Arturo (El Periodista).
El vestuario es responsabilidad del experimentado Leonel Lirio, y el concepto y realización de la escenografía es del maestro José Miura y Mónica De Moya; el maestro Dante Cucurullo es el responsable de la banda sonora de la obra; la fotografía obra de Karoline Becker; y el maquillaje de José Navarro.
UN APUNTE
Para Cecilia
Herbert Morote comenzó a escribir la obra antes de la pandemia, cuando coincidió con Cecilia García en Punta Cana y le habló sobre el personaje de Alma Mahler. La vio tan entusiasmada que decidió escribirla pensando que ella era la persona indicada para encarnar a un personaje como Alma.