El Partido de la Liberación Dominicana y la mal llamada Fuerza del Pueblo son la misma cosa no importa que exhiban banderas distintas; su pensamiento y su comportamiento, siguen siendo los mismos. Las contradicciones que los separaron nunca fueron, ni lo son, antagónicas.
Las ambiciones desbordadas, tanto del grupo de Danilo Medina, como del grupo de Leonel Fernández, fueron el detonante que los separó. Danilo y sus lacayos querían continuar en el poder a toda costa, pero Leonel y sus lacayos estaban opuestos rabiosamente, sumándose, para impedirlo, al reclamo popular en contra de otra reforma constitucional que legitimara la reelección. Si Danilo cede, unifica al partido y permite que Leonel fuera el candidato presidencial del PLD probablemente la historia sería otra.
El saqueo del país no se hubiera detenido. Con Leonel de presidente por cuarta vez, la corrupción rampante continuaría su agitado curso. Por suerte para el pueblo, ambos bandos se apertrecharon en sus posiciones contradictorias. Leonel se fue con su gente y formó un partido donde nadie se opondría nunca a sus aspiraciones presidenciales. Ambos, Danilo y Leonel parecen estar lejos, pero posiblemente nunca habían estado más cerca.
Parecen siameses. Tienen corazones separados, pero están unidos por otros órganos vitales. En la lucha contra el presidente Luis Abinader seguirán coincidiendo, incluso uniéndose. No tienen de otra. El PLD y Fuerza del Pueblo se oponen a un Ministerio Público Independiente, como se oponen a una ley de extinción de dominio porque entienden que sería como afilar cuchillos para sus gargantas por la complicidad con la corrupción, lavado de activos y el narco que tanto daño causaron.
¿Quiénes fueron los jefes del Ministerio Público y de las altas cortes durante los tres gobiernos de Leonel? Abel Rodríguez del Orbe, Radamés Jiménez Peña, César Pina Toribio, Francisco Domínguez Brito. Amigos, socios de oficina de abogados y dirigentes del PLD. Como presidente de la Suprema Corte de Justicia designó a Mariano Germán, su canchanchán de vieja data.
El control de la justicia que mantuvo Leonel fue superior al de Joaquín Balaguer. El funcionario más popular de su primer mandato lo fue Guillermo Moreno, a quien canceló pagando un precio político, precisamente por actuar desde la fiscalía del distrito nacional apegado a la Constitución y las leyes.
(Demasiado independiente para los propósitos del mandatario. Danilo, por su parte, nombró a Jean Alain Rodríguez, un pobre muchacho al que manejó a su antojo y hoy paga las consecuencias desde la cárcel. Danilo, al igual que Leonel, tuvo el control casi absoluto del sistema judicial. No es casual que en ambos gobiernos la corrupción alcanzara los más altos niveles de la historia del país.