La mujer seguirá siendo la cenicienta en el Senado de la República, debido a que de 32 posiciones, sólo cuatro han sido postuladas con posibilidades de ganar en las elecciones y pertenecen al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y aliados.
El Partido Revolucionario Moderno (PRM) y sus aliados no postula a ninguna mujer como senadora, según confirmó su secretario general, Jesús Vásquez Martínez.
Sin embargo, el PRM nominó a 68 mujeres como diputadas, cifra que supera el 33% que corresponde por ley a la cuota femenina.
Tres de las cuatro candidatas a senadoras del PLD buscan su reelección y son la actual incumbente, Cristina Lizardo Mézquita, representando la provincia Santo Domingo; Amarilis Santana por La Romana, y Sonia Mateo por Dajabón.
La senadora Ivonne Chahín Sasso, representante de El Seibo, quien sustituyó a Manuel Ramón Jacobo que murió a los pocos días de su elección, no será candidata en estos comicios, su lugar lo ocupará la diputada Kenia Mejía.
El Comité Político del PLD decidió que sus legisladores serían repostulados en las elecciones del domingo 15, luego que aprobaran la reforma constitucional que permitió que el presidente Danilo Medina se repostule.
Al principio Chaín Sasso había expresado su interés en buscar la reelección, acogiéndose a la decisión del Comité Político del PLD, pero después desistió.
Primera mujer
La licenciada Lizardo Mézquita ha sido la única mujer en la historia del Congreso Nacional que ha ocupado la presidencia del Senado. Eso ocurrió el 16 de agosto del 2014 y fue reelecta por otro período en agosto del 2015. Tiene una dilatada carrera política, porque ha sido regidora del ayuntamiento del Distrito Nacional y diputada en dos oportunidades.
Fue vicepresidenta del Senado durante seis años, durante la incumbencia del senador del Distrito Nacional y secretario general del PLD, Reinaldo Pared Pérez.
En tanto, en la Cámara de Diputados, la doctora Rafaela Alburquerque ha sido la única mujer que ha dirigido ese organismo y lo presidió durante tres años.
Durante los últimos 30 años, el Senado ha tenido una tímida representación de mujeres, entre ellas, la doctora Milagros Ortiz Bosch, María Consoró y Ginnette Bournigal, entre otras.
Discrimen
Las mujeres han luchado por diferentes medios para que se reconozcan sus derechos en la sociedad en el trabajo, a puestos electivos y de dirección en toda actividad humana.
En ese trajinar las mujeres lograron que se consignara por ley el 33 por ciento de los puestos electivos, pero en ocasiones los partidos han burlado esa disposición.
En estas elecciones, la cuota de la mujer del 33 por ciento de la totalidad de los cargos, se ha cumplido, debido a la labor intransigente de la Junta Central Electoral (JCE), encabezada por su presidente, Roberto Rosario, para que la medida se cumpla.
Candidaturas de los partidos mayoritarios fueron devueltas a sus direcciones por la Junta para que completaran la cuota de la mujer.
Lo mismo ocurrió en los puestos de regidores en toda la geografía nacional.
La JCE se vio en la necesidad de extender el plazo establecido para el depósito de candidaturas a la espera de que los partidos cumpliera con la cuota de la mujer.
Alcaldesas
Más de 50 mujeres han sido postuladas a alcaldesas y directoras de distritos por los partidos mayoritarios.
Un número mayor ha sido nominada como vicealcaldesa.
De las diputada actuales, Altagracia Herrera Brito del Partido Revolucionario Moderno (PRM) fue postulada como alcaldesa de Monte Plata.
Actualmente hay unas 20 mujeres síndicos en toda la geografía nacional.
Vice
Los partidos han postulado a mujeres como su acompañante lo que es un reconocimiento al papel y lugar que ha conquistado ese sector en la sociedad, además de que representan más del 50 por ciento de la población votante.
UN APUNTE
Importancia del voto
En la Cámara de Diputados y en los ayuntamientos es donde las mujeres tendrán una considerable presencia en estas elecciones, pues han logrado más de 180 nominaciones en conjunto por las fuerzas políticas mayoritarias. En los ayuntamientos se ha obligado a los partidos a colocar a una mujer en uno de los primeros tres lugares, lo que garantiza su elección, porque en este nivel de elección los candidatos son numerados. Esto al margen de dos mujeres que son candidatas a la presidencia.