Ocupación embajada México en Ecuador.
En una región en que se creía que se había visto de todo se agrega, como si no fuera suficiente con las tensiones y sus múltiples conflictos, otro componente explosivo.
A Haití, Venezuela, Perú, Nicaragua y Argentina ahora se suma la provocadora irrupción del Gobierno de Ecuador a la embajada de México para capturar al ex vicepresidente Jorge Glas (2017 y 2022), asilado en la sede diplomática.
En la región se había visto asedio militar a las embajadas, negación de salvoconducto a asilados, pero jamás la ocupación a la fuerza como lo acaba de hacer Ecuador con la sede azteca.
La ONU, la OEA y sobre todo Estados Unidos tienen en este episodio otro desafío para abordar la paz, la seguridad y la observación del Derecho Internacional.
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Sabe el Gobierno de Ecuador como todos los regímenes y las entidades internacionales que las embajadas son una extensión de la soberanía de los Estados.
Atentar contra ellas es hacerlo contra los Estados. El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien había concedido asilo político a Glas, anunció la suspensión de las relaciones diplomáticas con Ecuador.
Nicaragua ha tomado la misma decisión, en tanto diferentes Gobiernos, incluido el dominicano, han condenado la agresión ecuatoriana. Pero en la crisis, que debe afrontarse conforme a las Cartas de las Naciones, ha aflorado el ingrediente político.
Ecuador debe pagar las consecuencias de ese acto, pero nadie debe aprovechar la crisis para sacar provecho.
