Opinión

Cristianismo y budismo

Cristianismo y budismo

(5 de 5)

Luego de seis años de aprendizaje Jesús abandonó el Tíbet regresando a Palestina. Entonces había cumplido los 29 años. Cuatro años después, el procurador imperial de Judea, Poncio Pilatos decretó que muriese en la cruz por considerarlo un subversivo instigador de luchas callejeras contra el imperio romano. ¿Fueron los años de su iniciación cósmica? Esto explica la afinidad de las ideas cristianas con la budista, observadas y manifestadas por el Papa Juan Pablo II pocos días antes de fallecer.

Las deducciones de Nicolás Notovich han sido discutidas antes y después de publicar su polémico libro. Y nunca un líder se había atrevido a reconocer las afinidades entre los postulados de Jesús y los que guían a casi la totalidad del mundo asiático.

El historiador Fida Hassnain, se refiere a la obra de Nicolás Notovich en un ensayo titulado La otra historia de Jesús. Hassnain nació en Cachemira y fue director de Archivos, Estudios Arqueológicos y Museo del Estado de Cachemira. Sostiene que Jesús y su familia fueron formados y amparados por los esenios, secta judía que al igual que la de los fariseos y saduceos, constituyó un valioso y significativo soporte espiritual para el pueblo de Israel. Los esenios aparentemente tenían sus raíces en Cachemira.

A pesar de que en Nuevo Testamento no toma en cuenta la notable presencia de los esenios y su incidencia en la vida de Jesús, el historiador Josefo no omite tan importante detalle y va más lejos. Cree que las virtudes y enseñanza del Hijo de Dios recibieron tanto la bendición del Padre como la notable y recia influencia de esta secta. Josefo escribe: “Los esenios son las gentes más sinceras del mundo y de las más fieles a la palabra empeñada; muy laboriosos y emprendedores, se muestran especialmente aficionados a la agricultura y aptos para ella.

Practican con amor la justicia y la equidad en todos sus tratos con otras gentes, aborrecen la mentira y sensualidad, adoptan de buena gana los hijos de otros, desdeñan las riquezas y los bienes materiales y todos son miembros de una misma hermandad”.

Juan el Bautista, primo e íntimo amigo de Jesús, era esenio de pura cepa. En Egipto, según Hassanain, Jesús fue reconocido como el Cristo tras sufrir siete duras pruebas. Superadas cada una de ellas el hierofante puso en sus manos otros tantos pergaminos sagrados, con las palabras Sinceridad, Justicia, Fe, Filantropía, Heroísmo y Amor Divino, respectivamente.

Hassanain apuesta al reencuentro de esas virtudes cuando sean desentrañados los secretos que el mismo trató de encontrar en un templo tibetano, adonde acudió como investigador y encontró documentos que refuerzan seriamente los indicios de la presencia y formación espiritual del Niño Jesús en los monasterios y lamasterios.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación