Es en la casa donde aprendemos a relacionarnos y donde se establecen los vínculos a más largo plazo. Ahí, las expectativas sobre las actuaciones de las niñas y los niños se construyen, donde las prácticas machistas pueden ser traumáticas en el corto, mediano y largo plazo.
Estas experiencias de vida se dan en familias de relevancia social, muchas veces de manera imperceptible, a través de comportamientos que continúan y se refuerzan cuando el círculo familiar se abre e incorpora otras personas.
El ejemplo de violencia machista contra la mujer, en los últimos días, afecta a una reconocida familia de Mao, donde una hermana menor, mujer profesional adulta, es amenazada por un hermano mayor hasta de muerte.
Una familia, cuyos padres fallecidos, crearon una Clínica Médica privada, siendo el patriarca, un médico de reconocidas dotes para con la sociedad. A su fallecimiento, dos hijos y una hija, médicos, siguen con el desarrollo del centro. Desde hace años existe un conflicto con el hermano mayor y una de las hermanas que ejerce en la clínica heredada.
Hay órdenes de alejamiento, denuncias graves durante años. Pero el hermano mayor, supuesto agresor, arrastra una historia de “benefactor” político, habiendo ejercido varios cargos desde el Partido Reformista, lo que le da la falsa creencia de poder de vida o muerte sobre su hermana, víctima de sus supuestos excesos y violencia.
En esta oportunidad y por la gravedad de las amenazas, la Fiscalía de Mao allanó su residencia y ordenó el arresto del médico agresor de su hermana.
La sociedad política (¿politiquera?) y androcéntrica, seguramente en gran parte favorecida por las dádivas políticas desde hace mucho, levantó la voz para defender al médico agresor, perdiendo absolutamente consideración por sí misma y por las autoridades, irrespetando a la Fiscalía, cuyo Titular, es un Fiscal de carrera, por cierto, de los mejores calificados en su momento, una persona prudente que conoce sobradamente el riesgo de un agresor con armas y con amenazas pronunciadas.
La cotidianidad nos dice que las mujeres amenazadas de muerte, corren un alto peligro, sean esposas, compañeras sentimentales, hermanas o familiares, y hasta sin vínculos. Quienes defienden al agresor, CMD, Senadores, Grupos, etc, no están contando que el perfil de un machista violento destaca la diferencia de actuación entre él y su víctima y la comunidad. Amenazar de muerte a una hermana, es gráfico y grave.
Investiguen como se debe a ese médico, porque, como dice la canción de Mercedes Sosa: “eso de durar y transcurrir, no nos da derecho a presumir, porque no es lo mismo que vivir, honrar la vida”.
Por: Susi Pola
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