Editorial Opinión

Declaración de Puerto Plata

Declaración de Puerto Plata

La Cumbre Puerto Plata que reunió a los presidentes de República Dominicana, Costa Rica y Panamá, ha sido como bálsamo sobre la lacerada democracia de América Latina, en especial de Centroamérica y el Caribe, que padece de intolerancia política, crisis económica, institucional y exclusión social.

Luis Abinader, Carlos Alvarado y Laurentino Cortizo han formado una Alianza para el Desarrollo en Democracia, cuyo tercer encuentro tuvo lugar el sábado, al término del cual presentaron una declaración conjunta con la calidad y autoridad de estadistas que gestionan auténticos regímenes democráticos.

En ese documento, los jefes de Estado renuevan compromiso de promover en la región el estado de derecho, la democracia, respeto a los derechos humanos y libertad de expresión, lo que establecen como el fundamento de la alianza entre Santo Domingo, San José y Ciudad de Panamá.

Los presidentes reclaman que la comunidad internacional asuma la búsqueda de alternativas para una solución a la crisis de Haití, un llamado al gobierno de Nicaragua para que libere de inmediato a los presos políticos, además de consignar compromiso de promover comercio e integración económica en la región.

Costa Rica, Panamá y República Dominicana carecen de poder económico, político o militar, pero poseen la calidad y autoridad moral de naciones que poseen los más elevados estándares y valores democráticos a nivel mundial, suficientes como para concitar la atención de las grandes metrópolis.

Bajo esa premisa, Cortizo, Alvarado y Abinader urgen a Estados Unidos, Unión Europea y Canadá a brindar apoyo a la Policía Nacional Haitiana para mejorar la seguridad en ese país, a Naciones Unidas (ONU) y Oficina Panamericana de la Salud (OPS) a fortalecer el sistema de salud haitiano con énfasis en la atención materno infantil y vacunación contra el coronavirus.

En su declaración, los presidentes reiteran su propuesta sobre una hoja de ruta para un Plan de Desarrollo Integral para Haití, que incluya la pacificación, mejoras de las infraestructuras, reforestación y financiamiento, algo similar a lo que Estados Unidos ha propuesto para Salvador, Honduras y Guatemala, como forma de disminuir los flujos migratorios.

Los votos son para que esa Alianza por el Desarrollo de la Democracia, que hoy integran Costa Rica, Panamá y República Dominicana, se amplíe con la integración de otros países de América Latina, cuyos jefes de Estado cultivan y promueven valores democráticos. Ese es el camino.

El Nacional

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