Con satisfacción y emoción, observamos desde el pasado año, que las conmemoraciones vinculadas a los días y al mes de la patria exhibieron un repunte que supera el desgano y la indiferencia que venía mostrando la población, cuyo camino, de haber seguido como iba sería lo peor para la República Dominicana, de por sí afectada por un ambiente dañino en la práctica de valores y de buenas costumbres.
Las celebraciones del recién pasado mes de febrero fue una visible manifestación de sentimiento patrio que retrotrae tiempo y momentos del pensamiento, agalla y arenga de mujeres y hombres, mortales como nosotros, que lucharon a todo riesgo por la libertad, la independencia y la soberanía de este bendecido terruño.
Sin ojos ni técnicas de investigadores era comprobable el despliegue de nuestra bandera tricolor en grandes y pequeñas instituciones públicas y privadas, especialmente aquellas vinculadas al Ministerio de Educación. Los desfiles, los actos, las ofrendas florales, etc. que estimulaba y/o incentivaba el Ministerio de Educación que casi desaparecieron desde antes de la pandemia del covid 19, están reapareciendo espontáneamente a partir de este principio de año. En la radio, la televisión y las redes sociales fue notorio el énfasis de las menciones referentes a este tema de regocijo nacional que alimenta la patria.
Quien ama la bandera, el himno y el escudo, ama la patria, y ese es el rumbo que debemos seguir aunque tengamos coronavirus y alimentos caros; aunque fuese inalcanzable la altura de la inflación, aunque los carburantes se mantengan a precios altos y aunque el ataque de Rusia a Ucrania se arrecie, se prolongue y se ensanche, debemos abrazarnos más a los sentimientos patrios, a la democracia y a la libertad porque sin ellas se vive a medias; porque vivir sin patria es vivir sin honor, sin valores y sin raciocinio que sería emular la bestia.
Esta posición no plantea abandono de derechos humanos, constitucionales, ciudadanos ni universales. Esta sería la actitud de vivir y actuar conforme a las bien concebidas ideas de nuestro ilustre Juan Pablo Duarte, cabeza principal de los padres de esta misma patria.
Hoy más que nunca necesitamos promover y honrar sus símbolos, representados en la bandera, el escudo y en nuestro deleitante Himno Nacional. Patria somos todos, y lo que hay en ella también. Fortalecerla y amarla es compromiso de todos y todas.
Por: Lic. Santiago Martínez