La falta de empleo para la juventud conlleva al aumento de la delincuencia, embarazos en las adolescentes, y el consumo de drogas, en nuestros barrios, afirmó este martes el director del Programa de Formación Conjunta de la Familia Salesiana (Profoco).
El sacerdote y psicólogo José Ramírez precisó que los jóvenes que ni estudian ni trabajan, denominados “ni-ni”, se origina por la falta de espacios para su desarrollo en la sociedad.
El salesiano expuso en la jornada de formación denominada “Comunicar para crecer”, y el tema “los jóvenes que ni estudian ni trabajan donde participaron 96 profesores y equipos de gestión de las escuelas Santo Domingo Savio, de Las Cañitas; el Hogar Escuela de Niñas La Altagracia, de Villa Consuelo, y Hogar de Niñas Doña Chucha, del sector de Gascue.
Es el segundo taller que ofrece Profoco, con el que busca incidir en el modo de ser y conducirse de los participantes.
Ramírez, también delegado inspectoral de los exalumnos de Don Bosco, dijo que otro factor alarmante que se observa en los sectores vulnerables del país es que a veces son los propios padres que no poseen las herramientas para afrontar el fenómeno de los “ni-ni”, provocando esos altos niveles de deserción escolar.
“Por esto es que, desde la plataforma de Profoco, queremos orientar a los padres para que tomen conciencia de que un joven adulto es aquel que es capaz de dejar el hogar paterno para formar otro, amar un proyecto laboral para aportar sus capacidades y ganarse la vida. Tener una actividad que les apasione y por la que se atreven a entregar todo”, agregó.
Los “ni-ni” son jóvenes que viven una indefinición en su vida, por eso ni estudian, ni trabajan.