En Samaná, tierra de cocoteros y sabores profundos, donde las palmeras se mecen al ritmo de las brisas marinas y el aroma del coco impregna cada rincón, se oculta un universo de sabores ancestrales que evocan recuerdos de varias generaciones.
Aquí el dulce no es simplemente un postre, sino una manifestación cultural, una tradición viva de generaciones, conservando la esencia de una tierra generosa y la sabiduría de manos expertas.
En un recorrido realizado por este medio se hizo una ruta gastronómica única, donde se pudo constatar que el dulce de coco es el protagonista indiscutible de los postres de esa península, el cual es un símbolo de identidad, herencia y arte culinario que reside en el alma de los samanenses.

En el mismo nos aventuramos en esta provincia costera, un paraíso de belleza natural, para desentrañar los secretos de los sabores tradicionales que nacen del coco y se transforman en exquisitos dulces que conquistan tanto a los habitantes locales como a los visitantes ansiosos de experiencias auténticas.
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Desde los humildes fogones de leña, donde el fuego danza en armonía con los calderos de hierro, llamada en aquel tiempo “Pailas”, hasta las vibrantes ferias populares, repletas de colores y aromas encantadores, del arte de hombres y mujeres apasionados que, con paciencia y un orgullo, preservan recetas centenarias, transmitidas de generación en generación como un tesoro invaluable.
Dulce con historia
Amanda Javier, una de las protagonistas de esta ruta gastronómica, ha hecho del dulce de coco con leche su sello personal. Nos cuenta que no utiliza ni una gota de agua en su preparación.
Los ingredientes que utiliza Amanda son locales y bien conocidos: masa y leche de coco, leche de vaca, leche evaporada, vainilla, canela y una pizca de sal. El azúcar se ajusta a la cantidad de coco utilizado.

Proceso de cocción
Todo el proceso dura entre una hora y hora y media, y exige atención constante, nos cuenta mientras mueve el caldero que cada mes ella produce más de 150 dulces, la mayoría por encargo. Reveló que uno de los favoritos es el de coco con piña, pero últimamente la gente se ha enamorado del dulce de coco con limón.
Secreto
Asegura que mientras se está preparando hay que moverlos sin parar para que no se pegue la mezcla, porque “si se pega pierden su esencia”, dice la joven mientras sonríe con orgullo.
Sabor único
Uno de los dulces más curiosos que ofrece es el coco con limón, un producto exclusivo de la provincia de Samaná, a la mezcla de coco se le agrega la cáscara y el agrio del limón, dando como resultado un sabor refrescante, intenso y único.
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Sus dulces, dice, son especialmente valorados por turistas, quienes los compran para llevarlos al extranjero. “Los de aquí ya están acostumbrados a su sabor, pero a los visitantes les encanta. Mis dulces han cruzado muchas fronteras”, afirmó.









Otras variedades
La ruta del dulce no termina con Amanda. Otra figura clave es Katherine Figuero, quien se especializa en postres a base de maíz y coco, entre sus preparaciones destacan el maíz hervido con salsa de leche de coco y canela, el jugo de maíz con coco licuado y endulzado, y otros como el dulce de yuca con maíz o el de harina de maíz.
Otra variedad que se encuentra en la zona es el coco horneado según nos cuenta postres tradicionales que prepara Katherine es el dulce de coco horneado, cocido a la antigua: con fuego por arriba y por abajo, usando candela.
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A diferencia de otras cocineras que licúan el coco, ella prefiere rallarlo a mano. “Aunque se nos rompan las uñas, el sabor natural que se logra así no tiene comparación”, afirma. Sus ingredientes: coco rallado, azúcar, especias y un toque de sal.
Introducción del coco
Wilfredo Benjamín Kelly, guía nacional de turismo con más de 20 año la zona, explica que el coco fue introducido por los colonizadores en Samaná, tierra donde tuvo una oportunidad hasta la fecha. El coco es un árbol de zona baja, por lo que fueron sembrados en sus costas.
Estos sembraron mucho coco en la península y el mismo se naturalizó. “Cuando digo se naturalizó, me refiero a que nosotros tenemos uno de los mejores cocos a nivel de masa”.



Se llama coco gigante, que es la palmera más alta que se produce y este coco es dulce, el cual da una buena leche cuando se guaya y exprime, afirma Kelly.
Dice que luego que se exprime entonces se le da el toque a la culinaria samanensa. “¿Dónde hacemos el toque de la culinaria samanensa? Cuando combinamos esa leche de coco con ingrediente para preparar el plato o postre que es este caso”, asegura.
Sabores con historias
La ruta del dulce en Samaná es más que una experiencia gastronómica: es un viaje al corazón de una comunidad que conserva sus raíces a través de lo que cocina.
En cada cucharada, hay historia, identidad y un legado que se resiste a desaparecer. Son mujeres como Amanda y Katherine quienes, con sus manos y sus memorias, hacen que el coco no solo se coma… sino que se recuerde.