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Educación y otros casos

Educación y otros casos

Luis Pérez Casanova

El incidente protagonizado por diputados en el Ministerio de Educación en modo alguno puede verse como un caso aislado. Corona una secuencia de acontecimientos relacionados con una hasta ahora evidente estrategia para alborotar a la población y, de paso, debilitar la lucha contra la corrupción y la impunidad.

Como nota al margen hay que señalar que esos legisladores no se atreven a exhibir el mismo comportamiento, por más amparados que estén en su condición de primer poder del Estado, en ninguna otra oficina pública.

La secuencia se inició con la siniestra campaña para relevar al presidente de la Cámara de Cuentas, Janel Rodríguez, o, en su defecto, deslegitimar la revisión de las auditorías maquilladas que involucran a pejes gordos de la pasada administración.

El plan se evidenció con los dardos envenenados de legisladores de la oposición, quienes, tras el acuerdo a que arribaron los miembros para trabajar unidos por la consolidación de la institucionalidad, han bajado el tono de sus denuncias sobre la crisis en un organismo fundamental en la lucha contra la corrupción y que según ellos ponía en peligro el sistema democrático.

No es coincidencia, aunque pueda parecerlo, que en medio del malestar y los aprestos para expedientar a exfuncionarios sospechosos de fraudes una asociación de fiscales amenazara con un paro en reclamo de una mayor asignación presupuestaria para el Ministerio Público.

La procuradora Miriam Germán Brito advirtió, con mucha diplomacia, que el Ministerio Público “se juega en este momento su prestigio institucional en un escenario de confrontación de intereses”.

El mensaje llegó, pero el rastro de la inaudita protesta quedó evidenciado.

No pasa por alto que tras la revelación del ministro de Educación, Ángel Hernández, sobre irregulares con una licitación para la adquisición de butacas en la gestión de Roberto Fulcar, legisladores oficialistas y de la oposición se prestaran a montar el vergonzoso espectáculo en el despacho del funcionario.

Con tantos escándalos en el propio cuerpo que tienen los congresistas es sospecho su interés en indagar los males en Educación. Si los aprestos no han prendido o encontrado eco en la población se debe en gran medida a que nadie está dispuesto a dejarse tomar de tonto útil para amparar la impunidad o servir de correa de transmisión a intereses oscuros.

La pelota que se juega tiene sus artistas. Gente del PRM no está conforme con los funcionarios por el problema de los empleos, pero sí está muy consciente de que el presidente Abinader trabajara por el desarrollo del país, y por tanto no presta atención ni les hace el juego a quienes procuran crear alborotos para pescar en mar revuelto.