Editorial Opinión

El arroz nuestro

El arroz nuestro

El arroz es un cultivo esencial en la dieta de los dominicanos, que consumen 127 libras per cápita al año, con una producción del cereal de más de 12 millones de quintales y una importación de menos de 500 mil quintales anuales, por lo que el país es autosuficiente en la producción de ese alimento.

La Federación Nacional de Productores de Arroz ha advertido que ese sector ha ingresado a cuidados intensivos ante el incremento de precios de los insumos, mano de obra y otros factores que intervienen en su producción y comercialización.

Por tratarse el arroz de un cultivo básico o estratégico, el Gobierno debería poner rápida atención a los reclamos de productores, molineros y comerciantes, más aún porque el costo por tarea, que en 2021 rondaba los siete mil pesos, se elevó este año a nueve mil 200 pesos, equivalente a un 30 por ciento.

Alejar ese vital alimento de las mesas de los consumidores a causa de un intempestivo aumento de precio debería ser considerado como una desgracia o una tragedia que las autoridades deben evitar, puede decirse que a cualquier costo.
Más de 30 mil productores, el 55 % perteneciente a la Reforma Agraria, participan en la siembra y cultivo de arroz en una superficie de casi tres millones de tareas bajo sistema de riesgo, lo que representa un gran impacto social sobre la agricultura nacional.

Desde hace muchos años, el Gobierno patrocina a través del Banco de Reservas y otros bancos comerciales, un programa de pignoración para el almacenaje y curación de la producción arrocera con una inversión superior a los seis mil millones de pesos lo que ayuda a la estabilización de precios.

Ese acompañamiento, que consiste en el pago de los intereses generados por los préstamos bancarios que asumen los molineros, resulta ya insuficiente para garantizar adecuados márgenes de rentabilidad a cosecheros y otros intervinientes en la producción, almacenamiento, curación y comercialización del cereal.

El Gobierno está compelido a asistir a los productores de arroz, no solo por la fatalidad del incremento de insumos y materias primas, sino también porque una crisis prolongada les permitiría sobrevivir al 2025 cuando ingresará libre de aranceles la importación del cereal procedente de Estados Unidos, que arruinaría por completo a la industria arrocera nacional.

El Nacional

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