Editorial Opinión

El caramelo

El caramelo

El primer resultado de la visita al país de la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, ha sido el anuncio de que Estados Unidos donará seis millones de dólares a República Dominicana para ayudar a atraer inversión directa en el sector industrial y apoyar el desarrollo económico en la región noroeste.

Con el consabido sentimiento de gratitud por tan valioso donativo, la población requiere saber sobre el resultado del encuentro en el Palacio Nacional entre la funcionaria estadounidense y el presidente Luis Abinader, específicamente lo referido al tema haitiano.

La subsecretaria Sherman dijo que, a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), Washington brindará asistencia técnica en planificación y análisis comercial para identificar cadenas de suministros que sustenten e incrementen la producción en comunidades que integran el corredor Santiago-Manzanillo.

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En esa zona el Gobierno reservó a las inversiones estadounidenses obras de gran relieve como la ampliación del puerto multimodal, construcción de dos plantas que generarían 800 megavatios, una zona industrial, entre otras iniciativas de desarrollo.

Se entiende el interés del Departamento de Estado por el curso de esos proyectos, en especial el referido al puerto de Manzanillo, que acortaría la distancia del comercio marítimo hacia y desde la costa este de Estados Unidos, pero es obvio que el tema de Haití ha debido ser también relevante en la agenda de la señora Sherman.

No sería exagerado decir que la donación de US$6.0 millones ayuda a resarcir el daño infligido por el alerta migratorio emitido por la cancillería estadounidense a viajeros afroamericanos ante una supuesta discriminación que se ejerce en República Dominicana contra esa etnia, lo que motivó la cancelación de unas 40 mil reservaciones de turistas estadounidenses.

El compromiso del Gobierno y en particular del presidente de la República es el de mantener la impertérrita posición de que República Dominicana no es ni será parte de ningún tipo de solución a la crisis haitiana que involucre su fuero soberano, como dice el vocero de la Presidencia que dejó claro el Presidente durante el encuentro con Sherman.

Sin menoscabo de la gratitud por la asistencia financiera y técnica ofrecida al país por Estados Unidos, de la cual ha sido portadora la visitante estadounidense, es menester que el presidente Luis Abinader ofrezca seguridades a la nación de que en relación a Haití no ha habido ningún atisbo de debilidad o consentimiento.

El Nacional

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