Editorial

Hacer lo que tenga que hacer

Hacer lo que tenga que hacer

El presidente Luis Abinader viaja hoy a Nueva York para participar en la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) y sostener reuniones con jefes de Estado y representantes de organismos multilaterales, pero esta vez su gestión principal sería la de gestionar  en ese escenario una salida al conflicto con Haití.

Ya se sienten los efectos del cierre total de la frontera, ordenado desde el viernes  por el mandatario, que de prolongarse acentuaría la miseria del pueblo haitiano y causaría cuantiosas pérdidas a comerciantes, productores e industriales  dominicanos que  exportan sus productos a Haití o participan en los mercados binacionales.

Abinader pronunciará un discurso ante la Asamblea de la ONU este miércoles, tres días después de su viaje a Nueva York y dos días antes de regresar a Santo Domingo, tiempo que seguramente empleará en exponer ante colegas suyos las razones por las cuales República Dominicana rechaza el intento haitiano de desviar el  Masacre.

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A partir de lo admitido por el primer ministro Ariel Henry, de que su gobierno carece de fuerza disuasiva para desalentar la construcción irregular de un canal de riesgo con toma de agua en un cauce fronterizo, son escasas las posibilidades de que se arribe a un acuerdo en el seno de la comisión bilateral dominico haitiana.

Se asume como gesto positivo la disposición de Haití en retomar al diálogo, pero las autoridades haitianas parecen manejar un doble discurso al proclamar pura y simple su derecho al aprovechamiento de los ríos binacionales, sin agregar que se requiere cumplir con los convenios suscritos entre ambas naciones.

También se subraya que  el grupo privado que impulsa esa construcción ha sido catalogado por el presidente Abinader como “anarquistas”, que procuran obtener capital político con un despropósito  que el gobierno dominicano  asume como inaceptable.

Es por eso que se afirma que en el entorno de esa Asamblea podría identificarse  una solución a una crisis generada en la insolvencia institucional que padece Haití, en razón de que  el Presidente seguramente abordará la situación  con los titulares de la ONU, OEA y el liderazgo de la Comunidad del Caribe.

El gobierno haitiano requiere una alta dosis de respaldo y presión de la comunidad internacional para solventar un diálogo fructífero con sus vecinos dominicanos, lo que solo podría lograrse en el seno de la Asamblea de la ONU, donde, obviamente, el presidente Luis Abinader hará lo que tenga que hacer.

El Nacional

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