Editorial

El Haití de hoy

El Haití de hoy

El Haití de hoy

El canciller Roberto Álvarez ha dibujado un cuadro dramático sobre el Haití de hoy, matizado por el control de amplios territorios por parte de bandas criminales y falta de legitimidad de sus instituciones, lo que le hace temer que se convierta en una especie de Somalia en el Caribe.

La otra dolorosa verdad que ha dicho el ministro de Relaciones Exteriores  se refiere al poco interés que muestra la comunidad internacional ante la situación de pobreza, insalubridad e inestabilidad institucional que padece el vecino país.

Hace tiempo que el canciller Álvarez ha debido decir ante foros internacionales lo que dijo sobre Haití en un encuentro con ejecutivos de medios, porque al mundo hay que enrostrarle su indiferencia ante la tragedia de ese pueblo que en 90 días sufrió los estragos de un magnicidio, un terremoto y  de una tormenta.

No exagera  el canciller al  expresar temor de que Haití se convierta en  la Somalia del Caribe, en alusión a la nación africana que una vez estuvo controlada por bandas y clanes que practicaban piratería, robos y secuestros en el mar y en tierra firme, acciones que ni la infantería de Estados Unidos pudo controlar.

Álvarez ha dicho que  en la frontera se trafica con personas, armas, drogas, cuatrerismo, entre otras  acciones ilícitas,  además de revelar que se han tenido episodios de asaltos  contra pescadores, por lo que expresó temor de que en un futuro puedan ser atacados barcos mercantes.

Ante ese catastrófico cuadro descrito por el canciller, a República Dominicana le asiste calidad jurídica, política y moral para reclamar de la comunidad internacional y organismos multilaterales prestar pronta  atención al drama que agobia a esa nación, más allá de las ayudas humanitarias.

Además de los perjuicios en términos migratorio, sanitario, económico y fitosanitario, el estado de descomposición política y social prevaleciente en Haití, las exportaciones dominicanas a ese destino se redujeron en 600 millones de dólares, a causa de la imposición unilateral de vedas y trabas no arancelarias.

Con la descripción que ha hecho sobre el Haití de Hoy, su censura a la indiferencia de la comunidad internacional y el peligro que ese progresivo deterioro económico, político e institucional representa para República Dominicana, el canciller Álvarez ha  colocado el índice sobre una llaga que se ha pretendido ocultar con paños tibios.

El Nacional

La Voz de Todos