Opinión

El liderazgo no se hereda

El liderazgo no se hereda

José Antonio Torres

Decía Robert Louis Stevenson que la política es la única profesión para la cual no se considera necesaria poseer preparación alguna. Puede ser que tengan la razón, pero no es menos cierto, que la persona que tenga pretensiones de ser líder en el ámbito político, debe hacer gala de una cualidad indispensable.

Un líder es una persona que dirige a un grupo, desde un equipo hasta la población de un territorio, y que tiene la capacidad de influenciar, estimular e incentivar a los integrantes para dar lo mejor de cada uno, con el propósito de alcanzar los objetivos comunes.

En el ámbito político, un verdadero líder debe tener la capacidad de para influir y dirigir a otros en el ámbito político. Implica habilidades como la toma de decisiones, la comunicación efectiva y la capacidad de motivar a otros para lograr las metas propuestas.

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Sería necesario y hasta saludable para el sistema democrático que entre los candidatos para los próximos comicios a las posiciones de alcaldes, diputados y senadores surjan auténticos líderes, pues el simple hecho de querer ser líder no nos convierte en líderes.

El desarrollo del auténtico liderazgo implica un cambio en el que los candidatos incrementan su autoconsciencia, reduzcan sus sesgos y establecen relaciones éticas y genuinas con sus electores.

Los líderes políticos los escoge la ciudadanía para que a su nombre actúen como sus representantes y tomen decisiones beneficiosas para el funcionamiento de la sociedad en temas como salud, educación, seguridad, calidad de vida, legislación, medioambiente y economía.

Cada vez más los líderes se convierten en actores cruciales, responsables tanto del deterioro de la democracia como del fortalecimiento y creación de nuevas sociedades.

De modo que debemos tener claro que los liderazgos no se heredan sino que se hacen con trabajo, esfuerzo, solidaridad y pulcritud.

Si los liderazgos fueran hereditarios la política fuera otra cosa, la democracia se convertiría en monarquía, aunque claro, en toda regla existe la excepción, pero eso lo dirá el tiempo, nunca una coyuntura electoral específica.