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El Minerd y la cultura

El Minerd y la cultura

Chiqui Vicioso

Cuando describía el afianzamiento de la Revolución Cubana al margen de todos los bloqueos, y narraba la acción cultural en una cuadra y en los parques de La Habana, que implicaba a todo el municipio y en especial a las mujeres, quienes son las que dirigen y sostienen con su sacrificio cotidiano la preservación de la sociedad, recibí algunos correos.

En uno se me preguntaba que pasaba con la Democracia? Una excelente pregunta cuya respuesta puede explicar el por qué se sostiene ese bucólico provincialismo que asombra y conmueve en las barriadas de La Habana. Intentare responderla:

Para la gente pobre y muy pobre la Democracia, como la Constitución (algo que explica magistralmente el Dr. Balaguer) son simples pedazos de papel, conceptos abstractos. Su vida es una lucha por la sobrevivencia y la de sus familias, y cuando esa población siente que un gobierno está tomando en cuenta la salud, educación, alimentación y en algunos casos viviendas de la gente entonces siente que se le está tomando en cuenta como ser humano y se apresta a superar su cotidiana deshumanización y a participar.

Elegir a alguien cada cuatro años? Es una fiesta, porque solo cuando hay elecciones a la gente pobrísima se le toma en cuenta. Entonces pueden utilizar las vallas para techar sus casas, o poner paredes; conocer otros pueblos; comerse un picapollo; tomarse una botella de ron y exhibir una colección de cachuchas y camisetas que sirven para vestir a su familia. Para mi, decía Don Ambrosio, ojalá hubiera elecciones cada seis meses!

La teoría? Los principios? Un entretenimiento burgués y pequeño burgués, o una lucha fratricida para acceder a los recursos del Estado y hacerse rico para ascender socialmente. Las protestas de la oligarquía? Las de un sector acostumbrado a creer que es dueño del país por sus apellidos, que son solo ellos y ellas quienes pueden tener acceso a los bienes que son de todos, a la mal llamada prestancia social.

Suena cinico? No es cinismo es realidad y a esa realidad responde la pobreza repartida cubana, aunque haya generales, o supuestos familiares de los Castro, que se hayan hecho ricos, y son todavía una minoría que no salpica a Díaz Canel, en relación con el despelote que existe aquí.

Queremos Democracia? Una recomendación: Bajen la comida, aumenten los salarios, no usen los ahorros de los trabajadores para ganar mas dinero; bajen las medicinas, no quemen a Luis Abinader, porque el es su ultima carta, su ultimo intento de credibilidad politica.

En la creación y fomento de esta conciencia no utilista, fraternal, humanista, la cultura juega un papel fundamental y conjunto con la educacion. De ello hablaremos.