Va a impactar favorablemente en la disminución de gastos y tiempo en el transporte de la población, mayor conectividad entre diferentes sectores, descongestionando las vías, a la salud, dando valor agregado a terrenos y edificaciones adonde llegarán sus estaciones y contribuyendo a dinamizar el comercio. Sus estaciones ofrecen espacio a puntos de venta y la publicidad exterior sin dejar atrás su compromiso con la expresión y difusión cultural.
Asimismo, incidirá notablemente en bajar los niveles contaminación por efecto del ruido y el monóxido de carbono.
Reducidos los gastos del presupuesto familiar y el tiempo destinados al transporte, se verán de inmediato los beneficiosos, incluso en la salud. Liberarse de la presión de conducir o moverse como pasajero en calles congestionadas es la mejor forma de evitar el estrés y, por tanto, reducir factor de riesgo de contraer enfermedades, como alta presión y diabetes.
Es evidente, a partir de las experiencias de grandes ciudades, atestadas de vehículos, que los medios colectivos de transporte constituyen un factor esencial para la economía del Estado, de la familia e individual. Es considerable la plusvalía que genera la presencia de canales rápidos y seguros de transportación masiva. La posesión de autos deja de ser una necesidad imperante e inevitable cuando la movilidad es eficiente y atractiva, lo cual no excluye clases sociales. Innumerables resultados en todo el mundo lo confirman.
Hemos tomado como muestra la protección que a corto y mediano plazo representará para nuestra encantadora Ciudad Corazón la colectivización del transporte mediante un monorriel. Línea en la que se inscriben la ampliación del Metro de Santo Domingo y los nuevos corredores de autobuses en operación. Todas obras de este gobierno, empeñado en mejorar la calidad de vida de todos los dominicanos.