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El muro

El muro

Chiqui Vicioso

Leí que constructores israelíes estaban interesados en la construcción del muro. Espero que no sean ellos quienes lo están realizando porque sería una ironía que un presidente descendiente de emigrantes libaneses contrate a una firma israelí para otro fin que no sea la energía solar, o la creación de un ecosistema agrícola en medio del desierto, algo donde Israel se ha lucido en todo el mundo.  Ahí necesitamos doble asesoría.

Uno de mis amigos exclamaba: !Ustedes tienen lo que no tienen los países nórdicos:  Sol permanente y la posibilidad de librarse de la dependencia del petróleo! con una inversión mucho menor que la que impone depender del mercado mundial, donde se rumora que esta guerra entre dos hegemonías,  provocara un alza brutal en la gasolina, que la disparara a seis dólares el galón, por lo menos en USA.

Aclaro que para esa dependencia el carbón no es una solución, por su daño al medio ambiente, como se demostró en la conferencia en París sobre el cambio climático, declaración que firmamos en la Ciudad Luz para, al regreso, crear ese monstruo que se llama Catalina y nos ha desacreditado a nivel mundial.

Empero es mas fácil ceder a la presión de la estupidez generalizada:   (Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez del hombre, dijo Einstein, y no estoy seguro de cual es mayor), que a la búsqueda inteligente de soluciones a largo plazo que trasciendan las apetencias electorales, o ambición desmedida de una oligarquía insaciable.

Reconozco que el liderazgo haitiano no se ha caracterizado por estar interesado en el bienestar de la gente de su país, porque si lo hubiera hecho hace rato que hubieran buscado asesoría para hacer de Haití un jardín, y para resolver el problema energético con paneles solares y molinos de viento, y  porque eso se sabe al poder racista del mundo no le interesa Haití, ni invertir sus fondos de ayuda que saben se robaran los funcionarios.

Tampoco la ONU dio muestras de efectividad.  No construyo un puente, un camino, una carretera mientras estuvo en Haití, y mientras sus soldados violaban literalmente a infantes haitianos,  o contagiaban a la población provocando miles de muertos; desperdiciando anos de recursos en una supuesta mediación entre facciones en conflicto, cuando en el tiempo que pasaron en Haití pudieron dedicar sus recursos a ayudarle precisamente en la energía solar y el agua para hacerlos agrícolamente independientes, lo cual hubiera contribuido a resolver  el hambre.

En fin, que entre posibles bombardeos atómicos y el muro en Haití, no hay otra conclusión que no sea la de la inutilidad de la inteligencia y desde luego la de las palabras.

Por eso decía Don Pedro: Hay un país en el mundo que no merece el nombre de país, aunque como Don Pedro la mayoría de dominicanos y dominicanas  no queramos más que paz.