Editorial Opinión

El rebrote

El rebrote

Frecuentes casos de asesinatos, ejecuciones, asaltos y atracos elevan el temor ciudadano sobre un rebrote de delincuencia y criminalidad, agravado por la revelación de que desde cárceles nacionales reclusos dirigen bandas de sicarios, narcotraficantes y de clonación de tarjetas.

El asesinato de un oficial retirado, la confesión de un homicida, de que recibió orden de un privado de libertad para ejecutar a un abogado y el atraco perpetrado por tres individuos en el barrio Enriquillo, con saldo de tres personas heridas, son señales ominosas sobre inusitado auge de la delincuencia.

No se pone en dudas los datos ofrecidos por el ministro de la Presidencia, Joel Santos, de que el 50.8% de los homicidios este año fueron por conflictos sociales y el 21.8% por actos delictivos, pero en los primeros 24 días de enero la prensa recopila 15 asesinatos perpetrados por delincuentes.

Entre esos homicidios figuran los de Nurys Ortega, asesinada dentro de su vivienda por vándalos que cargaron con 300 mil pesos, en Moca, y del joven Luis Richard Felipe, ultimado durante un atraco en el municipio Quisqueya, San Pedro de Macorís.

Se menciona también el asesinato de Víctor Hugo Vázquez, cuyo cadáver fue encontrado con un balazo en la cabeza, en La Guáyiga, Pedro Brand; Luis Richard Felipe, ultimado durante un atraco contra una banca de lotería en el municipio Quisqueya, San Pedro de Macorís.

La lista de muertos por delincuencia y criminalidad podría ser mayor al estimado, a menos que las autoridades apliquen medidas preventivas para contener los atracos, asaltos y ejecuciones que perpetran delincuentes en barrios, comunidades rurales y sectores residenciales.

El asesinato a balazos del coronel retirado Antonio Hernández Bautista, perpetrado por desconocidos en el sector El Ejecutivo, de Santiago, ha debido rebozar la copa de paciencia de la Policía, cotidianamente retada por vándalos que mantienen en zozobra a la ciudadanía.

La incidencia de reclusos en el incremento de la criminalidad se comprueba con la confesión del implicado en el asesinato del abogado Santiago Reyes (Chaguito), perpetrado el 22 de enero, en Santiago, de que el crimen fue ordenado por un privado de libertad.

Esas estadísticas oficiales pretenden minimizar la percepción ciudadana de que en el país se registra un rebrote de asesinatos, ejecuciones, atracos, robos, asaltos, tráfico de drogas, un estado de inseguridad que vuelve a agobiar la población que, como otras tantas veces, teme quedar a merced de los delincuentes.

El Nacional

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